El examinador le ha pedido más disciplina al alumno. Si no, le bajará la nota. Por ahora, le ha puesto un punto negativo y una lista de tareas para hacer. La agencia de calificación Standard & Poor's (S&P) le ha pedido al Gobierno una mayor disciplina fiscal.
Si no, le bajará la nota crediticia, actualmente en AA+. Por ahora, le ha recortado la perspectiva del ráting de estable a negativa, la antesala de una rebaja de calificación antes de dos años si el Ejecutivo no hace los deberes.
Diez meses despuíés de que S&P borrara a España de la selecta lista de países que cuentan con la máxima calificación AAA (nivel que todavía mantienen Moody's y Fitch), la agencia volvió a sacar ayer a la luz las debilidades de la economía española. "El cambio en la perspectiva refleja nuestras expectativas de un crecimiento del PIB menor y un díéficit fiscal más elevado que el de sus comparables para el medio plazo", apuntan los analistas de S&P, Trevor Culinan y Myrian Fernández de Heredia.
Y es que las previsiones de la agencia son desoladoras ante "la ausencia de un esfuerzo por aplicar una agresiva consolidación fiscal y una política más enfocada en mejorar las perspectivas de crecimiento a medio plazo". S&P estima que la economía española crecerá por debajo del 1% anual entre 2009 y 2012, cuando para países con un ráting AA, un escalón por debajo del de España, augura incrementos del PIB del 2% durante el mismo periodo. Mientras que el desempleo seguirá en tasas cercanas al 20%, según la agencia.
Ante este panorama, si el Gobierno no toma medidas para ajustar el díéficit y reducir los desequilibrios externos en menos de dos años, S&P rebajará de nuevo el ráting. El Ejecutivo dijo ayer que "respeta", pero "no comparte" la opinión de S&P.
La decisión de la agencia llega en un momento poco oportuno, debido a que hoy el Tesoro va a lanzar su última emisión de deuda prevista en el calendario para 2009, con la que ya se ponía a prueba por la tormenta griega.
Prevíé colocar entre 2.000 y 3.000 millones en bonos a un plazo de diez años, con lo que el total bruto en el año superará los 206.000 millones. "La revisión de la perspectiva del ráting provocará un incremento del coste de financiación del Estado", indica Antonio Villarroya, estratega de renta fija de Merrill Lynch. "La noticia ha provocado un desplome de la bolsa española y un incremento de la prima de riesgo. La subasta de mañana (refiriíéndose a hoy) será un test importante", añade Josíé Luis Martínez, estratega en España de Citi.
El diferencial de rentabilidad de la deuda española a diez años con respecto a la alemana (prima de riesgo) repuntó ayer más de nueve puntos básicos, hasta los 69,30, máximos desde mediados de julio. Esto implica que para que el Tesoro capte financiación a este plazo debería pagar casi un 0,7% más que el Gobierno alemán.
Por otro lado, los CDS, seguros contra impagos de la deuda, repuntaron desde los 89,3 a los 96,4 puntos básicos. Cuanto más alto es el precio de estos activos, más riesgo aprecia el inversor (ver gráfico). Para el año que viene, el Gobierno prevíé colocar un volumen bruto de deuda de 211.000 millones, el mayor de la historia.
Deberes del Ejecutivo
Entre los factores positivos, S&P destaca que todavía tiene un endeudamiento "manejable" en relación a su PIB, del 67%, según estimaciones para 2010. Sin embargo, añade, que esta ratio pasará "desde el 40% de 2008 a superar el 90% para mediados de la próxima díécada, uno de los más rápidos incrementos en la eurozona".
A su vez, recuerda que se mantiene un elevado endeudamiento del sector privado (177% del PIB en 2009) y "un mercado laboral inflexible". "Estos factores provocarán que las presiones deflacionistas puedan ser más persistentes en España que en otros países", concluye S&P.