La posibilidad de “crear terroristas†a base de torturas y ondas se desprende asimismo de las palabras de este afamado científico que ha aparecido en algunos documentales recientes del televisivo Canal Historia y que sostiene que los procesos mentales pueden ser engañados enviando esta des-información directamente al cerebro.
El principio sobre el que se basa para hacer tal afirmación es que la duplicación sintíética de la red neuroelíéctrica del cerebro generada por los sensores a un estímulo real que excita ese proceso puede producir la experiencia de ese estímulo sin la presencia del mismo.
Es decir, un engaño a la mente. Lo que propone el doctor Persinger es que, virtualmente, cualquier estado mental puede ser generado artificialmente desde una fuente exterior. Y lo más aterrador es que los medios para conseguirlo existen ya y son operativos a nivel global. “Los niveles paralelos de potencia para estas amplitudes –explica Persinger- son similares a los que utilizan las señales de radio y los sistemas de telecomunicaciones.
En las pasadas dos díécadas el potencial para realizar esto se ha desarrollado tanto que lo improbable ya puede ser factibleâ€.
En suma, todas estas evidencias llevan al convencimiento de que hoy se puedan crear asesinos dirigidos por control remoto mediante voces en su cerebro emitidas por su “controladorâ€. Timothy McVeigh, autor de la matanza de Oklahoma (Estados Unidos) en 1995, decía que el Ejíército le había implantado un chip en sus nalgas. El asesino de Robert Kennedy, Sirhan Sirhan, aseguraría no recordar nada de lo que ocurrió el día del asesinato. Y el de John Lennon, Mark Chapman, afirmó que “oía vocesâ€.
Tambiíén en los años 80 y 90 del siglo pasado se hizo famoso Theodore John Kaczynski, un profesor de Matemáticas norteamericano que mató a tres personas e hirió a otras veintitríés enviándoles bombas y que pasó a la historia con el apodo de Unabomber. Lo que poca gente sabía es que a finales de los años 50 ese hombre había sido estudiado por el doctor Henry A. Murray, un psicólogo de la ya mencionada Universidad de Harvard (Massachussets) al servicio de las OSS (Office of Strategic Services), organización que dio lugar a la CIA.
Hoy se sabe que Kaczynski participó durante tres años -sin su consentimiento- en un experimento universitario que implicaba tormentos, humillaciones y bombardeo con ondas lo que dejó huellas profundas en su psique.
El dato aparece en el libro de Jonathan Moreno Guerras de la mente: investigación sobre la mente y defensa nacional, de innegable valor puesto que el autor conoció directamente al propio Murray por ser amigo de sus padres, tambiíén psicólogos.
Walter Bowart, autor del libro Operación Control Mental, afirma por su parte que en 1989 un grupo de mujeres inglesas que se manifestaba contra las armas nucleares sirvió de cobaya al Ministerio de Defensa del Reino Unido para probar algunas clases de rayos de microondas EHF. Sin conocer bien el origen del dolor que empezaron a notar, estas activistas se resguardaron en sus tiendas de campaña.
Según las declaraciones de Bowart al fallecido investigador antes mencionado Joe Vials los experimentos con personas siempre que no fueran norteamericanas los apoyó la propia Casa Blanca. En cuanto a los síntomas específicos que presentaron esas mujeres pasaron por ciclos mensuales irregulares, abortos, problemas ginecológicos, quemaduras de la retina, problemas auditivos y hasta tumores de crecimiento rápido. Bowart asegura que cuando sugirió a las manifestantes que cubrieran sus tiendas con hojas de aluminio los efectos cesaron inmediatamente. Según íél las microondas rebotan en el papel de aluminio.