Fuera de juego Air Comet, los empresarios turísticos temen ahora el efecto dominó en el sector: el cierre del grupo Marsans que presiden Gerardo Díaz Ferrán y Gonzalo Pascual. “¿Quíé pasará con Viajes Marsans? Si tambiíén entra en dificultades financieras, el caos se puede extender a todo. Este asunto es muy preocupante para nosotrosâ€, lamentó a El Confidencial un importante empresario turístico español.
Según fuentes consultadas por este diario, los empleados de Viajes Marsans continúan cobrando sus nóminas, aunque los trabajadores temen un Expediente de Regulación de Empleo (ERE) como el que hoy presentará Air Comet. Al menos ayer se llevaron la alegría de la inesperada llegada del Gordo de la Lotería comprado por la dirección regional Centro de Marsans.
La agencia de viajes propiedad de Díaz Ferrán y Pascual podría pasar a manos del grupo Orizonia, cuyo consejero delegado, el mallorquín Gabriel Subías, lleva negociando su adquisición desde hace varios meses. Los dueños del grupo compraron Viajes Marsans en 1985. Antes había sido una empresa pública de la SEPI, y el pasado mes de noviembre se tuvieron que deshacer de OTBA Marsans Internacional Argentina por 3 millones de dólares (2 millones de euros).
Mientras se despejan las dudas sobre un posible ERE o venta de Viajes Marsans, Air Comet, sin dinero ni siquiera para comprar combustible, prevíé presentar esta mañana ante las autoridades laborales de la Comunidad de Madrid el ERE para toda su plantilla. Eso sí, se ha tomado su tiempo (hasta el 24 de enero), para presentar ante un juez el concurso de acreedores, a punto de quebrar.
La intención de la empresa es extinguir "cuanto antes" las relaciones laborales con sus cerca de 640 trabajadores para así no acumular más deuda de la que ya tiene por sus salarios y las cotizaciones a la Seguridad Social.
“El Gobierno tenía que haber anticipado lo que iba a pasar. Me sorprende que esto pueda llegar en este momento. Se podía haber hecho otra cosa. Cuando los empleados llevan hasta seis meses sin cobrar la Administración tiene la obligación de reaccionarâ€, aseguró a El Confidencial el directivo de una aerolínea española.