pOR... Manny García-Tuñón
El general Aníbal confrontaba un problema inminente. La República Imperial Romana había tomado su tierra, Cartago, durante la Primera Guerra Púnica, expandiendo así aún más el vasto imperio enemigo. El temido ejíército romano, superior al cartaginense tanto en tamaño como en recursos, seguía la continua campaña de dominio total. Aníbal sabía que su única oportunidad de íéxito era hacer algo inesperado. Decidió derrotar a su enemigo tomando la ofensiva e invadir Italia antes de que los romanos estuvieran preparados.
Aunque las probabilidades obviamente estaban en su contra, el objetivo para íél y sus hombres estaba claro. Su plan de ataque estuvo calculado meticulosamente. La estrategia era cruzar los Alpes, travesía más traicionera aún en las nieves de otoño, pero sabían que había que hacerlo. Derrotar a los romanos era más que una meta para Aníbal y sus hombres: Era una resolución. Cuando le preguntaron cómo iban a cruzar las montañas, Aníbal respondió con un aire resuelto que no dejaba lugar a dudas: ``Encontraremos una vía, o si no, la haremos''.
Si Aníbal hubiera enfocado la resolución del mismo modo que la mayoría de nosotros enfoca sus resoluciones de Año Nuevo, tal vez lo recordaríamos de manera diferente. Según un informe reciente de CNN, alrededor del 30 por ciento de los que hacen resoluciones dicen que ya ni siquiera las tienen presentes en febrero. Y solamente una de cada cinco persona las mantienen durante seis meses o más.
De lo que a veces no nos damos cuenta es de que las resoluciones pueden cambiar la vida, si se lo permitimos. Hasta la siempre popular meta palidece en comparación con una verdadera resolución. Cuando estamos resueltos a hacer una cosa, nos decidimos de una vez por todas. Eso es muy poderoso. Ahora estamos en una misión, listos y enfocados para lo que hay que hacer, y punto. A pesar del enorme número de aquellos que se quedan en el camino, hay innumerables personas que han perdido peso, dejado de fumar y se han hecho más organizados (esas son las tres cosas que más se ven año tras año). Hay vidas que cambian, cosas que se descubren, libros que se escriben, relaciones rotas que se arreglan, todo eso debido a las resoluciones. Las más grandes contribuciones a la humanidad han sido resultados de la dura labor y dedicación de personas ``resueltas'' a hacer cambiar las cosas.
Lo cierto es que el esfuerzo requerido para efectuar los cambios en nuestras vidas que respalden nuestra resolución es significativo, y el esfuerzo tiene que ser impulsado por algo más que un deseo. Las resoluciones implican un profundo entendimiento del por quíé de su importancia, por quíé deben lograrse y lo que hace falta para lograrlos.
De por sí mismas, las resoluciones no tienen significado si no se llevan a cabo. Se requiere cometido, y es ahí donde entra a figurar la pasión. La pasión nos impulsa y es lo único que tendrá resultado. Actuar refuerza nuestra autoestima y la confianza que hace girar las ruedas. La pasión alimenta nuestras razones, lo que a su vez refuerza nuestra determinación. Une nuestras acciones, y lo mismo que la pasión, le da significado a nuestros esfuerzos. Y una vez que uno comprende el significado que hay detrás de nuestros esfuerzos, uno es prácticamente imposible de detener.
¿Quíé le apasiona a usted? Le insto a tomarse algún tiempo para estar solo y a que reevalúe sus resoluciones a la luz de eso. Lo que piensen otros no importa. La pasión no requiere justificación externa. Una respuesta honesta será lo que necesita, y eso es lo que importa. Siempre póngalo todo por estricto. Le asombrarán los resultados. Hay algo en poner por escrito los pensamientos que impulsa las puertas de la mente y el corazón para que se abra bien y revele sus pasiones interiores.
Despuíés, anote sus resoluciones y sea específico. Una resolución clara y bien definida nos ayuda a visualizar y a entender mejor por quíé la resolución es importante para empezar. Despuíés de cada resolución específica anote por lo menos tres razones poderosas para lograrlas. Si usted quiere algo con la suficiente intensidad como para hacer lo que haya que hacer para lograrlo, tiene que entender el porquíé.
Finalmente, asigne prioridades a su lista y empiece a desarrollar un plan de acción para sus logros. Ponga por escrito pasos concretos que pueda tomar para convertir sus resoluciones en realidad y empezar a actuar de inmediato.
Recuerde que usted acaba de tomar la resolución, y lo va a lograr, con pasión, entendimiento y determinación, encontrará, o hará, el camino.