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Autor Tema: El 2009 en bolsa: un año para olvidar y para aprender  (Leído 309 veces)

anna

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El 2009 en bolsa: un año para olvidar y para aprender
« en: Diciembre 31, 2009, 08:03:09 am »
El 2009 en bolsa: un año para olvidar y para aprender

Publicado por Josíé Antonio Fernández Hódar

Siempre hemos sostenido que la bolsa es una escuela en la que nunca se termina de aprender, y cuyas lecciones se pagan a precios increí­blemente altos. A lo largo de 2009 hemos hecho un master bursátil del que, obligatoriamente, tenemos que sacar enseñanzas. El año está cerrado, pero su recuerdo llegará a generaciones futuras.

Hemos asistido, como si de un castillo de naipes se tratase, a la caí­da de grandes bancos. Verdaderos monstruos que de la noche a la mañana descubrimos que tení­an pies de barro. Hemos visto a los gobiernos de medio mundo nacionalizar bancos e inyectar ingentes cantidades de dinero a entidades de primera lí­nea para evitar el hundimiento del sistema financiero.

Las páginas de Internet se han llenado de mensajes catastrofistas. Los antiamericanos y toda la izquierda más radical salieron del averno para anunciar el final del capitalismo. Los habí­a que ya hablaban de una hambruna a nivel mundial. “Comeremos basura”, decí­a uno. “No habrá para todos”, apostillaba otro. Entre unos y otros contribuyeron a crear una situación de casi pánico que ha hecho un daño irreparable a los inversores que se dejaron arrastrar y malvendieron acciones a precios que se duplicaron unos meses más tarde.

La crisis no ha terminado. Se taparon todas las ví­as de agua y el barco navega. Ahora toca achicar y vigilar las grietas, porque las hay, ya que se estima que más de quinientas entidades financieras norteamericanas corren peligro de quiebra. Pero lo realmente tranquilizador es que ya sabemos que estamos en el año uno de la recuperación. Que no será cuestión de cuatro dí­as y que 2010 va a ser un año complicado, sobre todo para España.

Ha llegado el momento de hacer examen, más que de conciencia, de cartera. La primera enseñanza para quienes no han vivido otras crisis, es que los precios de las acciones de empresas solventes jamás llegan a cero. Y que si bien nunca es aconsejable comprar más acciones para rebajar el coste medio de valores en los que nos hemos equivocado, es muy rentable hacerlo en aquellos otros que queremos formen parte de nuestra cartera a medio plazo.

En un desplome, nadie sabe dónde está el fondo. Tampoco se sabe si el primer repunte va a ser el bueno. Lo que se sabe es cuando un valor de calidad, con un endeudamiento asumible y con viabilidad en sus lí­neas de negocio cotiza por debajo de su valor en libros (Book Value), a menos de seis veces ebitda y con un PER inferior a 9 veces beneficios. Entonces sabremos que estamos comprando calidad y que si lo siguen castigando, desde esos niveles hacia abajo se deben ir haciendo compras parciales en cada retroceso.

La segunda enseñanza es que, si operamos a corto, hay que cortar en seco las píérdidas y no convertirnos, por obligación, en inversores a largo en valores que jamás comprarí­amos con este horizonte temporal.

La tercera, reconocer que por mucho que sepamos, o creamos saber, la bolsa va a seguir sorprendiíéndonos siempre.