Para perder dinero, no hay que tener prisa
Publicado en Expansión por Josíé Antonio Fernández Hódar
Manolo, un fiel seguidor del consultorio bursátil, vendió el día de Reyes, en el que el Ibex 35 marcó el primer máximo del nuevo año. Nos dice disponer de una liquidez superior al 70% de su cartera y nos está pidiendo, casi con prisa, que le demos una relación de valores y peso de los mismos en su cartera, para mantenerlos a lo largo de 2010.
Hay lectores que tiene una fe que mueve montañas y eso, lejos de alegrarnos, nos preocupa. No tenemos un programa de gráficos que saque las cotizaciones del mes próximo, aunque estamos en ello. Nosotros hicimos una hipótesis de trabajo, con tres ingredientes, o si gusta más, con tres salsas.
La primera, la experiencia que le aportó a un servidor haber gestionado tres Instituciones de Inversión Colectiva. La segunda, seguir teniendo buenos amigos entre los profesionales que gestionan muchos miles de millones de euros. La tercera, aplicar una máxima militar: “si yo fuese el enemigo, ¿quíé haría ahora?†Incluso hay una cuarta más importante que todas las anteriores y maravillosamente explicada en la fábula de Tomás Iriarte, El burro flautista. Si acertamos, se dijo, será por casualidad, pero habrá vendido valores en los que ganaba dinero y podrá volver a comprarlos a mejor precio. Si nos equivocamos, no pasa nada. Se vuelven a comprar un poco más caros. Los gastos de la operación, será el precio del seguro que nos hemos hecho para evitar que vuele n o se reduzcan las plusvalías latentes.
De las siete jornadas bursátiles siguientes a la de Reyes, sólo en la del día 14 vimos un cierre en positivo, en un intento del Ibex 35 de aferrarse con uñas y dientes a la cota de los 12.000 puntos. Pero en todas las jornadas hemos visto, al menos durante unas horas, al índice pintado de verde. A todos, nos han dado una ganas locas de comenzar a comprar, porque quien más, y quiíén menos, tiene su corazoncito repartido entre varios valores con los que, en teoría se ganará dinero este año.
El primer problema, que de momento no hay datos ni siquiera para plantearlo, es el calado de los retrocesos. Bajo ningún punto de vista podemos hablar de una fase bajista. Podemos hablar de una corrección de un índice que se dio un paseo al alza desde los 11.500 hasta los 12.200 puntos y que ahora hace el camino de vuelta. A la pregunta hasta dónde va a bajar, no tenemos respuesta. Ahora, cada analista, incluida mi vecina Paquita, que ya se va doctorando en esto de la inversión, dará una cifra. Seguro que alguien acierta hasta el segundo decimal. El afortunado, hará bien en recordar la fábula de Iriarte, porque cuando te crees que sabes de esto, la bolsa te aplica unas dósis de humildad, que te deja tambaleando la cuenta corriente.
Se impone la prudencia. Hay que sacar a relucir el sentido común. El año es muy largo y las acciones no se acaban. Correr a la hora de comprar puede suponer estar en píérdidas a los diez minutos. Y para perder, no hay que tener prisa.