Las crisis financieras son malas para el corazón
por Roberto Casado (Londres)
Según las últimas previsiones de los analistas financieros, unas diez mil personas van a perder su empleo este año en el sector financiero londinense (conocido geníéricamente como la City) por la crisis en los mercados y la quiebra o desaparición de algunos fondos y entidades de inversión.
Para su consuelo, los trabajadores que dejan su despacho no van a tener ya el riesgo de sufrir un ataque al corazón por el estríés que genera la inestabilidad financiera.
Varios profesores de la Universidad de Cambridge (Reino Unido) acaban de publicar un informe en el que ligan las crisis económicas a problemas de salud en los empleados de banca y firmas de inversión. Su conclusión es un serio aviso para los 340.000 empleados de la City londinense. “Si la crisis de Northern Rock [el banco nacionalizado para evitar su quiebra] se extiende a todo el sistema financiero, se producirían entre 1.280 y 5.130 fallecimientos por ataques al corazón en Reino Unido, adicionales a los 50.000 que se producen anualmenteâ€, dice el estudio en sus conclusiones.
Para añadir dramatismo a la cifra, los autores del estudio recuerdan que las posibles muertes de la crisis bancaria “multiplican por diez el número de soldados británicos que han perdido la vida en la guerra de Irakâ€.
Entre los fallecidos no sólo habría empleados del sector financiero, sino tambiíén inversores y ahorradores que ven en peligro su dinero.
David Stuckler, uno de los investigadores que firma el estudio, dice que “las crisis financieras no son sólo una cuestión de dinero. Tambiíén afectan a la saludâ€.
Para llegar a esta conclusión, Stuckler, junto a sus compañeros Christopher Meissner y Lawrence King, ha asociado las estadísticas de mortalidad de la Organización Mundial de la Salud con los periodos de crisis reconocidos por el Banco Mundial entre 1960 y 2002.
Entre las crisis analizadas figura la que vivió el sistema financiero español en los últimos años de la díécada de los setenta.
Al cruzar los números de los dos organismos citados, los profesores de Cambridge concluyen que una crisis en el sistema bancario de un país provoca a corto plazo un aumento del 6,4% en los problemas cardiovasculares de un país desarrollado, y de un 26% en un país de bajo poder adquisitivo.
A juicio de Stuckler y sus colegas, “las crisis bancarias generan pánico y estríés en la gente, y especialmente, en las personas de mayor edad. Puede haber dos consecuencias para la salud de esas personas: un fuerte aumento de la tensión y la presión sanguínea o la falta de suministro de oxígeno en el corazónâ€.
Según el estudio, ya existían investigaciones similares sobre el efecto de terremotos, guerras y ataques terroristas en la salud, pero no se había analizado el impacto de una crisis financiera.
Los profesores de Cambridge se decidieron a estudiar este asunto al ver en televisión las colas de ahorradores que querían sacar su dinero de las sucursales de Northern Rock el pasado mes de septiembre, cuando se conoció la crisis de la entidad. “El temor a perder dinero hace que la gente realice acciones irracionales. En el caso de Northern Rock, la extensión del pánico, en parte provocada por los medios de comunicación, ha convertido lo que podría haber sido un problema puntual en una gran debacle en la política económica del Gobierno británicoâ€, comentan los profesores al presentar su estudio. “¿Cuál podría ser el efecto en la salud de una propagación del problema a todo el sector?â€, se preguntan los autores para justificar el informe.
Algunas organizaciones sanitarias británicas han considerado excesivamente alarmistas las conclusiones del estudio, aunque no dudan del efecto del estríés en la salud.
Los propios autores del informe admiten algunas limitaciones de su análisis, especialmente en el encaje temporal de las estadísticas de crisis bancarias y ataques al corazón. Pero concluyen que “contener la histeria financiera no sólo es bueno para evitar una crisis de todo el sistema bancario, sino tambiíén para reducir la mortalidad por dolencias cardiacasâ€.