¿Tiene el Banco de España algo que ocultar? Su silencio ante el asedio alimenta las sospechas
por Pedro Calvo
La tensión financiera se ha adentrado en una nueva dimensión. Ya no se limita a los problemas de liquidez o de críédito de los bancos, sino que se ha internado en otra fase menos tíécnica y más visceral. Y es que bancos como Santander o Sabadell han tenido que obligar a bancos de inversión a que cambiaran sus informes por contener información poco fidedigna.
El miíércoles, Santander obligó al banco de inversión estadounidense Citi a rectificar un informe en el que decía que la entidad presidida por Emilio Botín era una de las que más estaba acudiendo en Europa al recurso de colocar sus emisiones de títulos en la ventanilla del Banco Central Europeo .
Ese mismo día, Banco Sabadell mostró su malestar por un análisis elaborado por la entidad germana Deutsche Bank, en el que se publicaban unos datos que bailaban en el informe y que la entidad catalana precisó que "no son correctos".
Ambas respuestas ponen de relieve la sensibilidad y el hartazgo existente entre los bancos y las cajas de ahorro por las continuas sospechas que se están vertiendo sobre ellos en los últimos meses, muchas de ellas procedentes del exterior.
La caza del banco español se ha convertido, según parece, en el deporte de moda fuera de nuestras fronteras, donde no se cree que las entidades españolas puedan salir indemnes de los problemas que han castigado a tantas y tantas entidades norteamericanas y europeas, entre las que sobresale la inglesa Northern Rock.
Momento de actuar
Pero lo poco gusta y lo mucho cansa, de ahí las reacciones de Santander y Sabadell, que no son sino la evidencia de la sensación que existe en el conjunto del sector financiero. "Se están tergiversando los datos. Desde fuera se cree que el frenazo inmobiliario español ya está siendo como el de EEUU y que tenemos hipotecas como las subprime, pero el sistema financiero español es muy sólido", afirma Julio Alcántara, director general de AIAF, el mercado español de renta fija privada.
La veda la abrió el presidente de Northern Rock en septiembre, cuando sugirió que tres entidades españolas habían acudido al BCE para pedir príéstamos de urgencia.
Desde entonces, las dudas no han dejado de crecer. Y ante tal reiteración, no son pocos los que, en privado, reclaman una mayor implicación del Banco de España, el órgano encargado de la supervisión y buen funcionamiento de las entidades españolas. Hasta la fecha, se ha limitado a publicar notas informativas y hacer declaraciones puntuales. Pero el sector añora algo más que la callada por respuesta. "Debería ser más activo", sostiene un experto que prefiere no ser citado.
Sorpresa entre tanto halago
Sobre todo, sorprende su quietud en medio de un ambiente en el que sólo recibe elogios. "El Banco de España ha hecho una labor de supervisión extraordinaria", asegura Pablo Lladó, director del mercado de capitales de Calyon. "Ha evitado la proliferación en nuestro país de los excesos cometidos en otros mercados", remata Beatriz Calvo, directora general de PMI en España.
Pero el asunto no se limita a buenas razones, sino que los hechos avalan estas declaraciones: los resultados de 2007 han sido sólidos y de las subprime, ni rastro. ¿Y la morosidad? Sí, ha repuntado del 0,63 al 0,83 por ciento en 2007, pero aún es muy inferior a la media europea, que sobrepasa del 2 por ciento.
Todos los interrogantes
Entonces, ¿por quíé no se muestra más activo en su defensa de la solvencia de las entidades españolas? Si, como parece, la solidez de nuestro sistema financiero es tan clara, ¿por quíé no salir al paso de las acusaciones? ¿Por una estrategia de poner la otra mejilla y dejar que los hechos hablen?
Si es así, su prudencia puede ser respetable, aunque debería tener presente que su silencio da alas a unas sospechas que alejan a los inversores extranjeros de los activos bancarios españoles. Más que nada, porque su actitud alimenta la persistencia de otra posibilidad, íésta mucho menos positiva. ¿Acaso tiene el Banco de España algo que ocultar?