Las inmobiliarias cambian el ladrillo por la energía verde
Colgarse el cartel de energía limpia está siendo un buen negocio para muchas compañías no sólo en lo que se refiere a su propia actividad sino tambiíén a su evolución en bolsa. Mientras que el índice selectivo acumula una caída del 17% en lo que llevamos de año, Fersa o Gamesa intentan mantener el tipo con recortes del 8% y del 11%, respectivamente.
El interíés por los negocios que contribuyan a frenar el cambio climático crece, y no sólo por una mayor conciencia sobre el desarrollo sostenible. Con el precio del crudo en niveles estratosfíéricos, la competitividad de las energías renovables aumenta, y los inversores ya han mostrado un creciente apetito por estas compañías. Aunque los expertos de Renta 4 afirman que “los altos multiplicadores a los que cotizan y unos resultados algo por debajo de lo esperado han presionado a varios de ellos a la baja de manera más que notableâ€, el sector cuenta con numerosos atractivos no sólo para los inversores de renta variable sino para las empresas que quieran apostar por esta actividad.
Fuentes de mercado señalan que las empresas constructoras parten con ventajas claras si quieren dedicarse a producir energías limpias. “Poseen experiencia a la hora de adquirir el suelo y en la construcción de los mismosâ€. Además, cuentan con más facilidades para obtener financiación por parte de los bancos.
Y es que la escasez de oferta en España y las buenas perspectivas que presenta el sector para los próximos años se han convertido en dos aliados fundamentales para las empresas dedicadas a las energías renovables. Fortis destaca además que cuentan con el “respaldo político teniendo en cuenta el reciente Premio Nobel a Al Gore y los planes de varios gobiernos, entre ellos el francíés, por poner en marcha políticas verdesâ€. No obstante, el sector no está exento de ciertos riesgos como los derivados del actual marco regulatorio. Ibersecurities explica que íéste puede “dejar de impulsar la energía solar fotovoltaica en pro de otras como la termosolar, más eficiente y más barata que la primeraâ€.
Hacia el sector de moda
Montebalito, Urbas y San Josíé son algunas de las compañías que se quieren pasar a las energías alternativas. La constructora canaria Montebalito informó hace pocos meses de este cambio en su estrategia adelantando que la actividad renovable supondrá un porcentaje importante de sus ventas en los próximos años. La compañía comunicó a la CNMV que ha solicitado a la Bolsa el cambio de clasificación sectorial y ha decidido dar los pasos precisos para desinvertir en aquellos activos inmobiliarios no precisos para el desarrollo de la actividad fundamental".
Los planes de ponerse la etiqueta de verde no son nuevos. A finales de octubre Montebalito dio un giro en su estrategia empresarial y anunció que se iba a centrar en las energías renovables. Para sacar adelante este proyecto, adelantó un plan estratíégico en el que se va a potenciar la actividad su filial Montebalito Energías Renovables. Como parte de este plan, Montebalito anunció la puesta en marcha de siete nuevos parques solares con una potencia nominal de 70 megavatios, instalados en diversas Comunidades Autónomas. Prevíé además desarrollar un proyecto de esta actividad en Europa, que incluiría la construcción de un parque más, posiblemente en Italia, para su puesta en marcha en un plazo de dos años y sin abandonar la posibilidad de permanecer como propietario de alguno de los parques fotovoltaicos, ya construidos.
Además, Montebalito suma a la actividad de promoción de parques, y en su caso de explotación, la posibilidad de introducción, en el proceso productivo, de paneles, con el fin de añadir un paso más en el proceso de la construcción y “participar activamente en el área de instalación de paneles en cubiertas de edificioâ€, asegura la compañía.
Otro ejemplo es el de Urbas. Su estrategia de crecimiento no sólo apoya en el ladrillo. La empresa introdujo en 2007 el negocio de las energías renovables en su estrategia y, de momento, tiene los derechos para la construcción de 20 megawatios en plantas solares fotovoltaicas. Además, la empresa pretende crecer expandiendo su negocio de promoción de viviendas fuera de España. Está trabajando en Marruecos, Bulgaria, Rumanía y Portugal.
La última en subirse al carro de las renovables y dar este giro a su estrategia empresarial ha sido el grupo constructor San Josíé que tras comprar Parquesol en 2006 ha anunciado su salida a bolsa este año aprovechando para reordenar sus áreas de negocio y hacerle un hueco a las energías limpias. La compañía ha anunciado que va a dar el salto al sector energíético con la creación de la división San Josíé Energía y que, previsiblemente, se centrará en el negocio solar.