La banca se prepara para dar respuesta a los nuevos requerimientos planteados por los supervisores. El Comitíé de Basilea presentó en diciembre el primer boceto del nuevo marco normativo, que se concretará en 2012. Buena parte de la reforma gira en torno al capital.
Los reguladores quieren que las entidades tengan más y mejores recursos para aumentar su resistencia a futuras crisis.
Con este objetivo, reiteran que la parte "predominante" del Tier 1 debe ser core capital. A grandes rasgos, la solvencia se estructura en: 1) core capital (capital y reservas); 2) Tier 1 o fondos de primera categoría (capital y reservas más participaciones preferentes); 3) recursos totales computables (la suma del capital de primera categoría más los fondos de segunda categoría, entre ellos, deuda subordinada y exceso, con un límite, de provisión geníérica).
La propuesta no concreta un porcentaje. En la actualidad, el core capital tiene que ser, como mínimo, el 50% de los fondos básicos, un listón que superan con amplitud las entidades españolas. Los bancos y cajas tienen 140.900 millones de core capital.
Representa el 82% del Tier 1 (171.900 millones) y el 60% de los recursos totales (235.000 millones). La banca de EEUU y Europa ha recibido ayudas públicas por más de 470.000 millones. El core capital, por su estabilidad en balance y disponibilidad inmediata para absorber píérdidas, tiene mayor capacidad para evitar la liquidación de una entidad.
Las nuevas exigencias no sólo ahondan en la calidad, sino tambiíén en la cantidad. La ratio core capital de los bancos está en el 7,76% (a septiembre) y en las cajas, en el 7,08% (a junio). Las ratio relacionan los diferentes tipos de recursos y los activos ponderados por riesgo. No hay una referencia regulatoria para el core capital, pero el mercado especula que la futura norma podría fijar el umbral del 8%. Por lo que se refiere a la solvencia total o ratio BIS, bancos y cajas superan holgadamente el 8%, el mínimo exigido. En tíérminos absolutos, el sector, con unos activos por riesgo de 1,89 billones, tiene un superávit de capital regulatorio de 83.500 millones.
Los expertos consideran que, en tíérminos generales, la banca tiene unos niveles de capitalización adecuados, con independencia de que alguna entidad pueda tener problemas, según Josíé Luis Martínez Campuzano, estratega de Citi. En el escenario que prevíé la firma (tímido crecimiento del 1% en España en los próximos tres años), el sector tendrá que reforzar sus recursos propios, pero "no se esperan problemas de solvencia".
Respecto a la nueva normativa, habrá que esperar a que se defina "es dar palos de ciego, dice Campuzano", un aspecto en el que coincide el sector. Las entidades, que se declaran "cómodas" con su base de capital, recalcan que la norma acaba de salir a consulta y que no será hasta 2012 cuando se publique la modificación definitiva.
Despuíés, habrá que trasponerla al ordenamiento jurídico europeo y de los estados, antes de que entre en vigor, "tal vez, con un periodo de adaptación". Hay confianza en que no se van a acelerar los tiempos: "colapsaría la recuperación económica por la restricción del críédito", dicen fuentes financieras. Subrayan, además, que un fuerte aumento de los requerimientos podría provocar una avalancha de ampliaciones de capital, ante las que el mercado podría mostrar "agotamiento".
Según Citi, la banca europea (sin Reino Unido) tendría que captar entre 400.000 y 500.000 millones para situar el Tier 1 en el 10% (en España, estaba en junio en el 9%). A la hora de apelar a los inversores, las cajas se verían condicionadas, además, por las peculiaridades de las cuotas participativas (no tienen derechos políticos). Han solicitado en distintas ocasiones que la nueva norma reconozca de manera explícita las cuotas como core capital, lo que elevaría su atractivo para los inversores.
Dividendos
Los reguladores, por otra parte, vigilarán el pago de dividendos y bonus, y los programas de recompra de acciones. Pretenden introducir un nuevo "rango de conservación del capital". Se quiere evitar que sea percibido como el nuevo mínimo regulatorio. Está planteado como una especie de embalse de capital suplementario, situado por encima de los recursos mínimos exigidos.
Dependiendo de si el embalse está más o menos lleno, se aplican restricciones a la distribución de beneficios (ver gráfico). Los supervisores remarcan que los porcentajes son aún "ilustrativos".
Los híbridos, en el punto de mira
Los supervisores quieren que dejen de computar en el Tier 1 los títulos "innovativos" (ahora pueden suponer hasta el 15% de estos fondos) por su inestabilidad en balance.
Son títulos híbridos, como las preferentes, con step up o incentivos a su amortización anticipada (si la entidad no recompra el título cuando tiene la primera opción de reembolsarlo, se eleva el interíés que paga a los inversores que lo adquirieron). No obstante, la propuesta prevíé salvaguardas para los títulos híbridos ya emitidos.