Por... MAYRA PERTOSSI
BUENOS AIRES -- La escena se repite todos los meses casi como una liturgia: basta que el gobierno díé a conocer el índice de inflación para que los consumidores pongan el grito en el cielo.
Y no es porque el Instituto Nacional de Estadística y Censos (Indec) publique cifras estelares, sino todo lo contrario. La medición oficial suele dar cuenta de un aumento en los precios equivalente a la mitad o incluso menos de lo que estiman los analistas privados.
Y los datos de enero no son la excepción.
Mientras el Indec informó el viernes que durante el primer mes del año el Indice de Precios al Consumidor (IPC) fue de 1%, para las consultoras privadas la inflación se ubicó entre 2,1 y 2,4%.
Entre ellas se encuentra Buenos Aires City, dirigida por Graciela Bevacqua, quien hasta la intervención del Indec en 2007 era la directora del área de medición del IPC del organismo.
Según declaró Bevacqua a radio El Mundo el jueves, "despacito y lentamente cada vez hay más aceleración en los precios... Hay una generalización de la inflación".
Durante diciembre y enero el aumento de precios estuvo concentrado en los alimentos -principalmente en la carne, pilar de la dieta de los argentinos- que tienen una alta ponderación en la medición de la inflación.
Pero este mes la sorpresa no es la disparidad entre la medición oficial y la privada, que se registra desde que en febrero de 2007 el gobierno nacional dispuso una virtual intervención del Indec reemplazando a funcionarios clave del organismo por otros afines a la administración de Níéstor Kirchner, esposo y antecesor de la actual mandataria Cristina Fernández.
Lo llamativo es que esta vez fue Hugo Moyano, titular de la Confederación General del Trabajo (CGT) y principal aliado sindical del gobierno, quien puso el dedo en la llaga al afirmar que "no se puede negar" la inflación, apenas unos días despuíés de que el ministro de Economía Amado Boudou asegurara que se trataba de un simple "reacomodamiento de precios".
"Algo de inflación hay... hay cosas que no se pueden negar", dijo Moyano el martes a radio Amíérica.
Para contrarrestar los efectos del aumento de precios en el bolsillo de los trabajadores, la CGT y los principales sindicatos se preparan para negociar con el gobierno aumentos salariales de entre el 20 y 25%.
"Lo estamos analizando con preocupación, como todo el mundo. Es cierto que hay inflación. ¿Por quíé insistimos con los aumentos salariales? Porque queremos ir acompañando la inflación para no perder el poder adquisitivo del salario", dijo Moyano.
Según el Indec, la inflación en 2009 fue del 7,7%, una cifra muy inferior a la estimada por las asociaciones de consumidores y los analistas privados, para quienes el aumento anual de precios fue de al menos el 15%.
Para los críticos del "kirchnerismo", con esta manipulación el gobierno ha buscado disimular el principal defecto de su administración: un crecimiento de la economía superior al 7% anual desde 2003 no acompañado por un aumento en la oferta de bienes y servicios -alimentado por la desconfianza de los inversores-, que termina presionando los precios al alza.
Pero tambiíén ha servido para aliviar la situación financiera del país, ya que buena parte de los bonos se ajustan según el índice oficial de inflación. Cuanto menor es el índice, menos intereses pagan esos títulos.
Tampoco se descarta una razón sociológica: no hay fenómeno económico que cause más temor en el colectivo argentino que la inflación, sobre todo entre la gente de mediana edad, que aún recuerda los estragos causados por la "hiper" de 1989 cuando la inflación anual alcanzó el 4.923,3%.
La oposición aprovechó la ocasión para apuntar contra el gobierno, al que reclama estadísticas transparentes y un plan para contener los precios y alentar la producción.
"No hay peor lacra en la sociedad que la inflación: destruye el salario y condena a la gente a la pobreza y a la marginación", dijo el jueves el jefe del bloque de diputados de la Unión Cívica Radical (UCR), Oscar Aguad.
El piso (de inflación) para 2010 es de 18 a 20%", estimó Bevacqua el jueves.
"Es un problema serio, que se aceleró entre diciembre y enero... yo proyecto que difícilmente en todo el año la inflación verdadera sea inferior al 20%", sostuvo el viernes el ex ministro de Economía Ricardo López Murphy.