Las entidades españolas han disparado en su cartera la deuda pública de la zona euro hasta los 178.027 millones de euros. Pero esta cifra no supondrá un polvorín para el sector. El deterioro de la deuda pública encarecerá el coste de capital, pero tendrá un impacto limitado en resultados y en solvencia, según los expertos.
Los bancos españoles han apostado con fuerza por la deuda pública de la zona euro en sus inversiones. Su cartera en estos activos alcanzó al cierre de 2009 los 178.027 millones de euros, lo que supone un incremento del 52,3% en el conjunto del año y un repunte del 91,77% desde septiembre de 2008, es decir, desde la quiebra de Lehman Brothers y del virulento estallido de la actual crisis económica y financiera.
Dentro de la zona euro, sólo los bancos portugueses han incrementado su cartera de deuda pública con más intensidad, con un crecimiento desde septiembre de 2008 del 153,53%. Del total de 1,48 billones de euros de activos de deuda pública de la zona euro que están en manos de la banca de la eurozona, el 12,01% han sido adquiridos por la banca española, muy lejos del 1,02% de la cuota de la banca portuguesa y tambiíén, en el otro extremo, del 24,6% de Francia o del 17,85% de Alemania.
Los Gobiernos francíés y alemán han sido precisamente los más activos en los últimos días a la hora de promover una iniciativa de apoyo a la maltrecha economía de Grecia y de lanzar un mensaje de calma a los mercados, que han castigado con dureza a la deuda griega y, por contagio, a la del resto de las denominadas economías perifíéricas de la zona euro: España, Portugal e Irlanda. De hecho, el pánico desbordado de los mercados ante la posibilidad de impago de la deuda pública de alguna de estas economías ha pesado como una losa sobre los bancos, los grandes compradores de estos activos. En su estado de histeria generalizada, el mercado aprecia en las carteras de deuda de la banca española un riesgo añadido al que ya arrastra con el críédito inmobiliario. Pero, ¿cuál será el impacto real del deterioro de la deuda pública en los bancos que han pasado el último año amasando estos activos?
En opinión de los analistas, ese impacto será limitado. La principal consecuencia de la desconfianza hacia la deuda pública española se traducirá para la banca en mayores dificultades para obtener financiación en el mercado de capitales. Y si la captación de recursos se encarece, será más complicado tambiíén obtener margen en el negocio con clientes. Ya en menor medida, el deterioro de la cartera de bonos se reflejará, por un lado, en la cartera de negociación, de la que se podrían obtener menos ingresos o incluso píérdidas en el peor de los casos -con efecto en la cuenta de resultados-, y, por otro lado, en la cartera de activos disponibles para la venta, con efecto contable sobre los ratios de capital y que hay que hay que valorar a precio de mercado. Fuentes financieras explican que los bancos españoles tendrán que refinanciar este año entre el 4% y el 5% de su balance y, de esa cuantía, alrededor de un tercio será deuda del mercado mayorista. "El calendario de refinanciación es bastante asumible y el impacto de cubrir las píérdidas latentes en deuda pública será poco doloroso", señala Antonio Ramírez, analista de KBW.
Más esfuerzo en la captación de depósitos
Los ahorradores en depósitos pueden convertirse en los ganadores de este nuevo capítulo de crisis en los mercados de capitales. El aumento del riesgo país de la deuda soberana española se traducirá de forma inmediata en un mayor coste de financiación para las entidades financieras, que tendrán que recurrir una vez más a sus propios clientes para captar los recursos con los que fortalecer el balance y hacer frente a los vencimientos de deuda.
Las cajas de ahorros, con un acceso mucho más restringido al mercado de capitales, serán las principales damnificadas. El recrudecimiento en la competencia por captar depósitos está servido, aunque el entorno para ofrecer remuneraciones atractivas no es el más propicio. Los tipos de interíés están en el mínimo histórico del 1% y competir en rentabilidad implica un gran sacrifico en los márgenes. El tipo medio al que los bancos remuneran los nuevos depósitos es del 1,95%, por debajo del 2,33% que ofrecen las cajas de ahorros.
El riesgo soberano en la banca
A FAVOR:
Solvencia. El aumento del riesgo país encuentra a los bancos españoles en una posición de solvencia muy reforzada en el último año, en especial a los grandes bancos.
Tenencia de deuda. Los mayores tenedores de deuda pública española no son los bancos españoles, sino inversores no residentes, con el 48% del total a cierre de 2008.
EN CONTRA. Mayor coste de financiación. La mayor percepción de riesgo hacia los activos españoles encarecerá la financiación en el mercado de capitales, sobre todo en las cajas.
Impacto en capital. El deterioro de la cartera de deuda, contabilizada en gran parte como activos disponibles para la venta, exigirá un ajuste a precios de mercado.