Por... DANIEL WOOLLS
MADRID -- Es una comparación chocante para un país que hasta hace pocos años gozaba de un crecimiento robusto y ahora sufre una crisis deficitaria parecida a la griega, con el mayor desempleo de la Unión Europea.
El colapso de la burbuja del ladrillo y el frenesí consumidor ha dejado a España con un desempleo de casi el 20% y un díéficit presupuestario que en 2009 equivalió al 11,4% del Producto Interno Bruto, pese a que las normas de la eurozona establecen un tope máximo del 3%. En situación parecida se encuentran Portugal, Irlanda y Grecia.
Los gobernantes socialistas españoles sostienen que la deuda nacional en proporción al PIB - el 66% este año y el 74% en 2012 - es muy inferior a la media europea y sobre todo a la de Grecia, con un 113,4% en 2009.
Además, agregan, su cuentas no tienen un problema de credibilidad como las griegas y su sistema bancario es relativamente sólido en comparación con el de otros países. Además, el gobierno sostiene que la economía española es mucho mayor que la griega.
Con todo, si hay un país en la UE que podría necesitar ayuda tras el caso de Grecia es España, aunque esa posibilidad es remota ahora, según el economista Javier Díaz Jimíénez, de la madrileña escuela de Ciencias Empresariales IESE.
"Las finanzas públicas españolas están sometidas a una gran presión. Nadie en su sano juicio puede negarlo", afirmó.
Aunque el gobierno socialista rechazó la comparación con el caso griego, envió la semana pasada a Londres y París un equipo encabezado por la ministra de Hacienda Elena Salgado, para intentar calmar a las agencias clasificadoras de riesgos y los grandes inversionistas, para explicar los planes del gobierno de reducir el díéficit al 3% del PIB para 2013.
Por ello el gobierno a veces se muestra a la defensiva.
Los sondeos de opinión indican que si las elecciones generales fueran efectuadas hoy, el presidente del gobierno Josíé Luis Rodríguez Zapatero perdería ante el centrista Partido Popular.
El ministro de Fomento Josíé Blanco culpó de la situación a una conjura extranjera. "España es la víctima de una conspiración internacional empeñada en destruir la situación económica del país y, luego, el euro", afirmó.
El gobierno ha prometido reducir el gasto público en 50.000 millones de euros (70.000 millones de dólares) en los próximos cuatro años. Empero, cuando Salgado anunció el plan, silenció las cifras en los años previos a esa fecha. Sus detractores respondieron que el plan no brinda detalles y que no es suficientemente drástico ante la situación que encaran la economía y las finanzas oficiales españolas.
Por otra parte, el Fondo Monetario Internacional pronosticó que España será la única economía importante del mundo que no crecerá en 2010 y lo hará solamente un 0,9% en 2011.
¿En quíé estará pensando?