Carlyle propaga una gran desconfianza en el parquíé neoyorquino
Despuíés de los recortes registrados en la jornada de ayer, Wal Street podría abrir ligeramente a la baja, ya que las sospechas de los inversores de que las medidas de la Reserva Federal (Fed) no serán suficientes para recuperar al mercado. Además, un nuevo susto en el sector financiero de la mano de Calyle Capital no logra devolver la confianza en Nueva York.
El dólar en mínimos tampoco ayuda a mejorar la situación.
Antes del toque de campana, los futuros del Dow Jones bajan un 1,58% hasta los 12.129 puntos, mientras que los del S&P 500 retroceden más de un 1% hasta 1.290 enteros. El Nasdaq 100 se deja un 0,74% hasta situarse en la preapertura en 1.722,26 puntos.
En el apartado macroeconómico, se acaba de publicar que las ventas al por menor cayeron un 0,6% en febrero, lejos del incremento del 0,4% que se produjo en enero, dato corregido una díécima al alza. Por su parte, los precios de importación suben un 13,6% interanual en febrero.
Además, hoy se ha hecho público que las solicitudes semanales de subsidios por desempleo se mantuvieron en 353.000, en relación a la demanda del periodo anterior. El consenso de los analistas había pronosticado un incremento, hasta las 355.000 peticiones. El mercado tendrá que esperar un poco más para conocer los inventarios de negocios del mes de enero.
Mientras el precio del petróleo para entrega en abril cae levemente en estos momentos hasta los 109,72 dólares el barril de West Texas. Despuíés de que ayer se publicasen que las reservas de petróleo aumentaron en 6,2 millones de barriles la semana pasada y se situasen en 311,6 millones.
En el sector financiero, los inversores ya han conocido una noticia esperada. Carlyle Capital Corp ha anunciado que ha sido incapaz de alcanzar un acuerdo con sus acreedores y espera que íéstos se hagan cargo de sus titulizaciones hipotecarias con calificación de triple A.
Por este tipo de situaciones los funcionarios de EEUU, liderados por el secretario del Tesoro Henry Paulson, recomendarán una reforma de las regulaciones de los mercados de críédito y los vendedores de hipotecas, según informa The Wall Street Journal.