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La debilidad de la divisa de EEUU enciende las alarmas
Publicado el 14/03/2008, por Miquel Roig (Londres)
El dólar se encuentra en caída libre y no para de perder soportes. Ayer batió otro mínimo histórico ante la divisa europea, al llegar a cambiarse a 1,5623 dólares por euro, y otro ante la japonesa, en un movimiento que llevó al billete verde a cruzarse a 99,78 yenes, por debajo del nivel psicológico de los 100 por primera vez en doce años y medio.
La píérdida de valor del dólar es preocupante tanto desde el punto de vista macroeconómico –deteriora la competitividad de las exportaciones de otras economías industrializadas, como la Unión Europea y Japón, y agrava la escalada de precios de las materias primas–, como psicológico –los inversores podrían perder la confianza en la divisa americana y vender brusca y masivamente activos en dólares–.
Todo esto se produce en un contexto de crisis financiera y ralentización económica mundial, en el que la Reserva Federal de EEUU y el Tesoro –su secretario Henry Paulson lo reiteró ayer– no paran de repetir que “un dólar fuerte es bueno para la economía de EEUUâ€. “¡Quiíén lo diría!â€, deben pensar sus homólogos en el resto del mundo, que ven como las bajadas de tipos de la Fed desde agosto pasado –del 5,25% al 3%–, y las que quedan por venir –que podrían dejarlos por debajo del 2%-, han hundido la cotización de la divisa estadounidense.
Presión
Ayer, además, la presión sobre el dólar se incrementó tras la suspensión de pagos por valor de 16.600 millones de dólares de un fondo de titulizaciones hipotecarias estadounidenses del grupo Carlyle (ver página 28) y por el mal dato de las ventas minoristas de febrero.
Desde agosto el dólar ha caído un 16% frente al yen, y otro 16% se ha apreciado el euro frente a la divisa estadounidense. Esto ha disparado las alarmas de las instituciones internacionales. La Comisión Europea lleva bastantes semanas lanzando mensajes de preocupación por la caída del dólar frente al euro y Jean Claude Trichet, presidente del BCE, se ha sumado esta semana al coro.
En un discurso en Basilea celebrado el lunes pasado, Trichet aseguró estar “preocupado†por los “movimientos excesivos†en el mercado de divisas, en un tono inusualmente duro en el banquero central europeo. Y en una entrevista publicada ayer en el semanario francíés Le Point, el banquero apuntaba específicamente al dólar: “En cuanto a tipos de cambio, especialmente frente al dólar, me reafirmo en que los movimientos desordenados son indeseablesâ€.
El anuncio por parte de la Fed el pasado martes de inyectar temporalmente deuda pública estadounidense por valor de 200.000 millones de dólares, captando a cambio titulizaciones hipotecarias de calidad, sirvió solo de remedio temporal. Tras un breve paríéntesis, el dólar continuó sus descensos, rompiendo esta vez niveles psicológicos con el yen.
Esto llevó al ministro de Finanzas japoníés, Fukushiro Nukaga, a recordar que vigilará “con atención los movimientos del mercado de divisas†y recordó que el G7 comparte el punto de vista de que los “movimientos abruptos†en este mercado “no son deseablesâ€.
Históricamente, las autoridades niponas han favorecido un yen bajo, para mejorar la competitividad de sus exportaciones. Pero de momento el Banco de Japón, que lleva cuatro años sin intervenir en el mercado de divisas, ha guardado silencio.
Sin embargo, a pesar de que la artillería de Japón y la eurozona, la segunda y tercera economía del mundo, comienzan a apuntar a la Fed y su política de tipos, una intervención de los bancos centrales para frenar la caída del dólar es muy poco probable.
Esta vez, es EEUU quien necesita un dólar díébil para impulsar sus exportaciones y compensar el deterioro de su mercado inmobiliario.
“Para que una intervención en el mercado de divisas [para aguantar el dólar] sea efectiva, debería ser multilateral […] pero es muy poco probable que las autoridades de EEUU se opongan activamente a una depreciación del dólar, en un momento en el que crecen los riesgos de recesión económica en el paísâ€, asegura David Forrester, economista de Estrategia de Divisas de Barclays Capital. Forrester describe los últimos movimientos como “cada vez más desordenados†y sus analistas tíécnicos advierten que si la divisa japonesa se consolida por debajo de los 100 yenes por dólar, tardará entre doce y dieciocho meses en situarse en 80.
Otros analistas, como Thomas Stolper, estratega de Divisas de Goldman Sachs, asegura que todavía “estamos lejos†de una “disolución†del dólar, y define los descensos del dólar como una “etapa prolongada de debilidad que continuará en el futuroâ€. Sin embargo, reconoce que “hay riesgos†de descontrol.
Durante la reunión anual del FMI celebrada en octubre del año pasado, su entonces director gerente, Rodrigo Rato, mencionó la posibilidad de que los inversores perdieran su confianza en el billete verde y provocaran una venta masiva y descontrolada de activos denominados en la divisa americana. Entonces, el euro se cambiaba a 1,42 dólares y por cada 117 yenes le daban un dólar.
Si la economía estadounidense no mejora, el dólar seguirá depreciándose. De la rapidez de este deterioro dependerá que los expertos lo describan como un movimiento “brutal†o simplemente “excesivoâ€. Si sucede lo primero o lo segundo se extiende durante demasiado tiempo, el escenario que mencionó Rato puede tornarse en realidad.
En ese caso, tanto el BCE y el el Banco de Japón, como la Fed, se verán obligados a intervenir. Aunque probablemente entonces sea ya demasiado tarde.