Los malos datos económicos conocidos esta semana han devuelto al mercado los temores a que EEUU se estíé encaminando a una nueva recesión, es decir, a que la crisis tenga forma de 'W' y que, despuíés de la recuperación de los últimos meses, venga ahora una recaída.
La colección de cifras económicas negativas es muy importante: ayer las demandas de subsidios de paro subieron con fuerza cuando se esperaba una caída, y los pedidos duraderos sin contar aviones cayeron el 0,6%, lo que sugiere un debilitamiento de la demanda de consumo.
En días anteriores, la confianza del consumidor se había desplomado al igual que las ventas de viviendas, y el FDIC (fondo de garantía de depósitos) había anunciado que el críédito bancario se encuentra en su nivel más bajo en casi 70 años.
"Llevamos dos tercios del primer trimestre y los datos de empleo están empeorando. Miro a todas las señales y no veo que estemos saliendo de la crisis", opina Kathy Boyle, presidenta de Chapin Hill Advisors.
Hace apenas unas semanas, los analistas pronosticaban que cualquier día tendríamos un crecimiento positivo del empleo, y señalaban el 5,7% del PIB del cuarto trimestre como prueba irrefutable de que la economía había salido de la recesión. Por cierto, el dato del PIB será revisado este mediodía, y una lectura negativa podría sumir a los mercados en el pesimismo definitivamente.
Además, aunque estos datos se refieren a EEUU, los inversores cada vez están más preocupados por los acontecimientos en otras partes del mundo, como la posible rebaja de la deuda griega anunciada ayer por Moody's y S&P. Por otro lado, la comparecencia de Bernanke en el Congreso, aunque fue bien acogida porque confirmó que no va a subir tipos en bastante tiempo, dejó la idea de que la economía se mueve muy despacio y de que es necesario aferrarse a un dólar díébil para que las exportaciones mantengan viva la recuperación.
A juicio de Michael Pento, economista jefe de Global Delta Advisors, la nueva debilidad del mercado inmobiliario y del empleo, junto a una ralentización de la economía mundial, no sólo mantendrán los tipos actuales durante el resto de 2010, sino que provocarán caídas del PIB en el tercer y cuarto trimestres del año.
Tambiíén influye en este empeoramiento de las predicciones el mal tiempo que está sufriendo la Costa Este, que ha impedido a mucha gente ir a trabajar y a comprar. Por tanto, muchos esperan que habrá que esperar a la primavera para comprobar si los consumidores han recuperado o no la confianza.
Además, será difícil que la recuperación se mantenga sin el apoyo de los bancos, que pueden volver a píérdidas por la caída del valor de su cartera crediticia, tal como alertaba hace unos días la famosa Meredith Whitney (previsión de la que nos hicimos eco en esta sección). Las cifras ofrecidas por el FDIC van en esta misma dirección, porque sin críédito es difícil que haya consumo.
Este entorno será muy complicado para los inversores, que tendrán que elegir entre mantener su dinero en un mercado de renta variable que lleva tres meses en lateral o sacarlo y arriesgarse a perderse un nuevo tramo alcista.