Por... Robert Half International
Cada año, muchos profesionales lo relacionan como el momento de tomar decisiones sobre su carrera.
Lamentablemente, algunas personas se lo toman con tanta solemnidad que sus aspiraciones se vuelven menos motivantes de lo que esperaban y pronto caen en el olvido. Si es tu caso, quizás hayas tomado decisiones equivocadas que te condenaron a un fracaso seguro.
Lo que debes evitar:[b]
A continuación te damos unos ejemplos de las decisiones que debes evitar tomar.[/b]vitar
Decisión errónea No. 1: "Voy a mejorar mi rendimiento".
A pesar de ser un objetivo respetable, el problema es que su enunciado es muy vago.
Mejorar tu rendimiento puede significar un montón de cosas diferentes, desde perfeccionar tu conocimiento sobre el sector a mejorar tus habilidades de gerenciamiento para administrar mejor la energía en tus obligaciones.
Esta clase de incertidumbre te impedirá cualquier tipo de progreso real. Esa es la razón por la cual es mejor establecer objetivos específicos. Por ejemplo, "voy a leer una publicación del sector por semana" o "antes de empezar cada tarea, repasaríé mentalmente cada paso para que no se me escape ningún error".
Decisión errónea No. 2: "Conseguiríé un aumento".
Esta idea se le ha pasado por la cabeza a mucha gente. Despuíés de todo, probablemente la mayoría de los profesionales han deseado recibir una mejor remuneración en algún momento de sus carreras.
Por desgracia, no siempre tienes la influencia necesaria para alcanzar este objetivo.
Además, durante una crisis económica, un aumento se vuelve una expectativa surrealista que depende del rendimiento de tu empresa. Lo mejor es fijarte objetivos que puedas controlar.
Por ejemplo, podrías decidir aprender a manejar un software que te gustaría usar con más frecuencia. En casos así, eres la única persona con la capacidad de influir en el resultado final, el objetivo depende exclusivamente de ti. Además, mientras más te capacites, más chances tienes de ganar más dinero.
Decisión errónea No. 3: "Decidí hacer X, Y, Z y..."
Esto sería como ir a un buffet y llenar tu plato hasta el borde. Al estar hambriento, supones que podrás comerte todo, por lo menos al principio. Pero lo más probable es que ni siquiera toques buena parte de lo que te serviste.
Fijándote un montón de objetivos estarás tan disperso que alcanzar todas tus metas será un problema. La clave está en escoger una o dos decisiones y enfocarte sólo en ellas.
Menos distracciones, mejores posibilidades de alcanzar tus objetivos. Una vez que cumplas los primeros estarás en condiciones de ir por más.
Decisión errónea No. 4: "Decidí quedarme con el despacho del jefe".
De acuerdo al puesto que tengas, quizás tus miras sean demasiado altas. Está bien que pretendas tomar decisiones que sean un verdadero desafío para tus habilidades, pero tambiíén debes tener en mente objetivos realistas.
Una meta más apropiada es ponerte en sintonía con tu gerente y establecer tu plan de carrera. Mientras no vayas a tomar su posición -o inclusive ir más allá- en el próximo año, concíéntrate en avanzar paso por paso.
Decisión errónea No. 5: "Llevaríé mi propia comida al trabajo para ahorrar dinero".
Esta es una decisión personal excelente, pero cada paso en tu carrera debe tener en cuenta tu crecimiento profesional. En el mejor de los casos, deberían tratarse de objetivos que te permitan asumir nuevas responsabilidades, superar desafíos inesperados y permitirte venderte mejor a ti mismo.
Al final, una vez que sigues el camino de tu determinación, es importante establecer fechas límite para alcanzar cada objetivo. Un lapso específico te ayudará a enfocarte mejor y será una fuente de motivación para alcanzar tu meta.
Ya sea una semana, un mes o todo un año, lleva un "reporte de estado" para que puedas visualizar continuamente cómo avanzas y determinar si necesitas revisar la fecha original o inclusive el objetivo.
Tomar las decisiones de carrera acertadas y tenerlas siempre en mente mejorarán la probabilidad de alcanzarlas y, así, impulsar tu carrera.
