Volatilidad en la bolsa: ni se gana dinero, ni se gana para sustos
por Josíé Antonio Fernández Hódar
Nos preguntábamos la pasada semana dónde vendían confianza, y nos daba igual que fuese en botes o a granel. Seguimos sin saberlo y no parece que vaya a salir alguna pista de las reuniones entre el Gobierno y la oposición. El diálogo social parece que está establecido. Lo que ocurre es que quien perdió su puesto de trabajo no lo entiende. Lo que necesita es que se genere empleo y no frases lapidarias con sólo contenido político.
Desde la ignorancia de quien no participa en los entramados políticos, el tema se soluciona con dos refranes. El primero sostiene que a grandes males, grandes remedios. Y puesto que la situación para España es muy grave, no caben pañitos calientes. Esos se ponen antes.
El segundo refrán aconseja que, en determinadas situaciones hay que cortar por lo sano. Y si los gastos del Estado en 2009 fueron de 189.300 millones de euros, frente a unos ingresos de 102.000 millones, lo dicho: hay que cortar por lo sano y apretarse el cinturón. Hay que acabar con subvenciones estúpidas hasta que el país estíé en condiciones de generar empleo. Y hay que hacerlo sin miedo y con autoridad. Los sindicatos no se van a echar a la calle. Y si lo hacen, tampoco hay problema. El absentismo laboral es tan alto, que la mitad de los liberados sindicales no van a las manifestaciones.
Es necesario, con urgencia, que los mercados internacionales recuperen la confianza en España. Que no haya que pagar un sobreprecio por emitir deuda, pública o privada, y que la frase “vender Españaâ€, quede desterrada de los grandes centros de inversión. Y hasta que esto no ocurra, las empresas cotizadas van a seguir sufriendo una avalancha vendedora. La bolsa es para ellas una vía para financiar proyectos. Pero una ampliación de capital sólo tiene el íéxito asegurado en periodos alcistas de la cotización. En fases bajistas, los derechos llegan a perder su valor. Las acciones nuevas resultan más caras que la viejas, y la ampliación se va al traste.
Si la penúltima semana del mes dejó buen sabor de boca, la que hoy se cierra deja una sensación agridulce. Y si el viernes 19 sobraban valores parea elegir a los cinco protagonistas, ahora había que seleccionar a los menos castigados, o a aquellos que habían aguantado mejor el chaparrón.
La pregunta que se hacen muchos ahorradores es si, dada la situación, hay que salir huyendo de la renta variable y, por supuesto, no invertir un euro en bolsa. Pensamos que ese no es el camino. La dinámica para el especulador que opera a muy corto plazo, que vende, compra, compra, vende, es una. Para quien dispone de ahorros que quiere rentabilizar, lo que toca, en la actualidad, es no tener prisa. Podemos ver días de subidas seguidos de buenos varapalos. Pero en la medida en que castiguen de forma inmisericorde a los valores de calidad, las oportunidades de inversión se irán incrementando de forma exponencial.