El director financiero de ACS le va a tener que dar un par de lecciones al de FCC. Si la constructora de Florentino Píérez es conocido por manejar con maestría y en cantidades industriales su autocartera, la de Esther Koplowitz está empezando a coger mala fama. FCC perdió el pasado año 25,8 millones -más que lo que ganó Cementos Portland en 2009- en la compraventa de acciones propias, una fulgurante operativa derivada de sus compromisos con los propietarios de sus bonos convertibles.
El grupo constructor y de servicios elevó su autocartera desde el 2,55% del capital que tenía a finales de 2008 hasta el 7,31%. Un aumento más que considerable en la posición propia, ya que la firma se hizo con 13 millones de títulos entre el 26 de enero, fecha de la primera transacción, hasta el 22 de octubre. Se gastó cerca de 343 millones de euros en controlar la acción.
Durante ese periodo, el cambio medio de FCC en bolsa fue de 26,44 euros. Sin embargo, FCC hizo la mayoría de las adquisiciones –seis en total- por encima de ese precio, con la excepción de la primera compraventa, ejecutada el 26 de enero a apenas 20 euros. En las cinco restante, el director financiero del grupo pinchó. Hasta el punto que la compañía perdió 25,8 millones en esta operativa, una cifra que hay que sumar a los 2,69 millones de números rojos que acumuló en 2008 por la intermediación de sus propios títulos.
El motivo que ha llevado a FCC a esta escalada tan agresiva de su autocartera reside en las obligaciones contraídas con los inversores que el pasado año suscribieron la emisión de bonos convertibles por 450 millones de euros. Esta operación se hizo en octubre de 2009 y obligó al grupo constructor a pagar un cupón del 6,5%, casi un punto más de lo previsto cuando lanzó la emisión, ayudado por Barclays y Sociíétíé Gíéníérale.
El vencimiento de los bonos es en 2014. El precio del canje, que tuvo que ser aprobado por una junta extraordinaria de accionistas, es de 39,28 euros por acción, lo que supone una prima del 28% respecto a la cotización en el momento de la colocación. Esos 450 millones de euros representan el 16% del capital de FCC, un porcentaje elevado que demuestra la necesidad de la compañía de reforzar sus recursos propios.
Esta no ha sido la única vez que el grupo presidido por Esther Koplowitz ha acudido a los mercados de capitales en los últimos años. Bajo el argumento de “atender a las necesidades generales corporativasâ€, FCC pidió un críédito de 400 millones en 2009 y firmó otro sindicado de 1.255 millones en 2008.
La refinanciación ha sido una de las prioridades de Baldomero Falcones desde que tomó las riendas de FCC hace ahora dos años. De hecho, el consejero delegado del grupo anunció a finales de 2009 que volverá a repetir la maniobra, pero en esta ocasión a travíés de una filial y sin conversión de los bonos. El Grupo FCC tiene una deuda de 7.655 millones de euros, una cifra que creció un 11% en el último ejercicio y que representa tres veces los recursos propios sin minoritarios.