El exceso de inversión extranjera puede recalentar la economía de Brasil
Bloomberg
La economía brasileña puede sufrir un calentón al estilo de China por la gran cantidad de flujos de dinero inversores que entran al país. Al menos, es lo que cree Luciano Coutinho, presidente del Banco Nacional de Desarrollo, BNDES, órgano del Ministerio de Industria. Según Coutinho, se extiende la preocupación de que la economía del país crezca demasiado, más del 5 a 5,5% que se ha puesto el Gobierno como objetivo.
La creación de infraestructuras, como viviendas, carreteras y estadios que se están desarrollando para el próximo Mundial de fútbol de 2014 y los Juegos Olímpicos de 2016 está propiciando esa entrada masiva de dinero foráneo. El PIB carioca se ha triplicado desde que el presidente, Luiz Inácio Lula da Silva, se hizo con el poder en 2003.
Sólo para 2010, se espera que la inversión extranjera directa se dispare un 47%, hasta alcanzar los 38.000 millones de dólares, según estimaciones medias de un centenar de economistas sondeados esta semana por el banco central . Ya el año pasado, los inversores foráneos aumentaron su exposición a las cotizadas en el parquíé brasileño en 20.500 millones de reales (alrededor de 8.400 millones de euros), la mayor cifra desde que se comenzó a recoger esta estadística, en 1994.
Un real volátil
El real brasileño, además, va a vivir una temporada "bastante volátil" frente al dólar, por la recuperación de la economía en Estados Unidos, asegura Coutinho. Así, el billete verde se fortalecerá mientras el real perderá tirón frente a la divisa estadounidense y tambiíén frenta a la europea.
Aunque el año pasado se apreció un 33% frente al dólar, en 2010 el real ya pierde un 2,6%. "No veo que haya una tendencia que apoya una apreciación consistente del real. Aconsejo a los inversores no apostar demasiado por su revalorización", señaló Coutinho.
Sin controles de capital, pero con intervención
Con este panorama, el banco central brasileño ha advertido de que intervenirá en el caso de que haya entradas "excesivas" de dinero o un repunte mayor del esperado en la divisa. Sin embargo, el Gobierno ha aclarado que no pretende adoptar controles de capital y que usará instrumentos de mercado "convencionales" para contener la apreciación.
La economía brasileña podría haber tenido un crecimiento muy "pequeño" en 2009, por el esfuerzo de recuperación de su primera recesión desde 2003, señaló esta semana Paulo Bernardo, ministro del ejecutivo de Lula. El dato definitivo se presentará el próximo 11 de marzo.