La gravedad mental es la causa principal del deterioro de la salud y la belleza y equivale a la tensión que se manifiesta en forma de pensamientos negativos, situaciones negativas, preocupaciones, que oprimen el espíritu. Las personas que padecen de tensión envejecen más rápidamente de lo normal. Esta degradación puede combatirse si sustituimos el estríés y la gravedad mental por la relajación espiritual, la ligereza y la armonía.
Hay personas que llevan la tensión reflejada en el rostro, otras en el cuerpo y otras en la voz. Hay personas cuyos cuerpos cambias según sean las condiciones externas de sus vidas. Un día aparecen como espíritus jóvenes y vibrantes y al día siguiente, con veinte años más, arrugados, hundidos y en estado de tensión.
Los íngeles pueden aliviar el problema de gravedad mental que sufrimos, y lo consiguen dándonos plena conciencia de cuán innecesarias llegan a ser algunas preocupaciones y aportándonos soluciones creativas a problemas que suponen un derroche de tiempo y energía.
Cuando las personas sustituyen la angustia de hallarse desprovistas de las necesidades básicas por la sensación de felicidad de vivir el presente, se convierten de forma natural en seres bellos y radiantes. Es sabido que las monjas parecen mucho más jóvenes de lo que realmente son y tambiíén que tienen pocas arrugas en la cara, por no decir ninguna. Ello se debe a que han cambiado su forma de vida, es decir, se han desprendido de las posesiones materiales y de las preocupaciones por las comidas suculentas, el dinero y por las relaciones emocionales y han decidido llevar una vida espiritual basada en plegarias y oficios, lo que se refleja claramente en sus rostros (evidentemente este estilo de vida representa un ideal, pues no todas las monjas gozan del verdadero lujo de la vida espiritual).
Para la mayoría de nosotros no es factible llevar una vida de constante plegaria y prácticas espirituales, pero existen maneras de introducir belleza y espiritualidad en nuestra vida cotidiana y, en consecuencia, obtener una mayor belleza.
La meditación es uno de los míétodos que pueden mantenerte joven y ayudarte a reducir los efectos negativos que el stress te ocasiona. Meditar tan solo veinte minutos al día puede disminuir el stress reflejado en tu cara y en tu cuerpo. Escuchar un cassette de relajación tambiíén te puede ayudar. Al practicar estos ejercicios, intenta visualizar los hermosos íngeles transmitiendo belleza a tu alma. Cada vez que te mires en el espejo, imagina tu rostro joven y bello y si hay algo que deseas cambiar, intenta, mediante tu mente, dar una nueva forma a tu cara. Cuando te mires al espejo imagina a tu íngel preferido superpuesto en el reflejo de tu cara.