Wall Street vivió ayer la segunda jornada consecutiva de calma antes de la tormenta que se avecina: el asalto definitivo a los máximos anuales. Los índices intentaron retomar las subidas hasta media sesión, pero fueron incapaces y se vinieron abajo. No obstante, lograron cerrar con alzas y la presión bajista brilló por su ausencia, lo cual es una nueva señal de fuerza.
El Dow Jones acabó con un alza del 0,11% y el S&P 500 se anotó el 0,17%, pero el Nasdaq, que ya ha superado sus máximos y es el principal aliado de los alcistas, logró un avance mayor, del 0,36%. Es decir, marcó un nuevo alto anual y sigue marcando el camino a los índices tradicionales.
Ayer tampoco hubo datos económicos en EEUU. Hoy empezarán a llegar, aunque serán poco relevantes: el díéficit público y los inventarios mayoristas.
Así pues, ayer la actualidad estuvo dominada por las noticias empresariales: Cisco anunció un nuevo router 12 veces más rápido que los de sus competidores, Texas Instruments elevó sus previsiones (pero el valor cayó un 3%), Boeing se quedó como único candidato a un contrato con las fuerzas aíéreas de EEUU valorado en 50.000 millones de dólares, y Merck y Sanofi-Aventis unieron sus negocios sanitarios para animales.
En otros mercados, el dólar prosiguió su subida hasta niveles de 1,3596 por euro, el petróleo cayó ligeramente hasta 81.37 dólares y el oro hizo lo propio hasta 1.121,2. Los bonos subieron en precio, con lo que la rentabilidad del activo a 10 años cayó al 3,69%.