Nueva demostración de fuerza de un mercado que, como saben, se apresta al asalto definitivo de los máximos anuales, cuyo íéxito permitiría la reanudación de la tendencia alcista iniciada hace un año. Despuíés de registrar importantes caídas a media sesión, Wall Street se vino arriba y logró cerrar en positivo.
El Dow Jones sumó el 0,16% y el S&P 500, un nimio 0,05% (pero subió, al fin y al cabo). El que no logró completar la remontada fue el Nasdaq, el líder indiscutible de la última subida y el único que ha batido ya sus máximos del año. Ayer redujo su píérdida al 0,23%.
Así pues, el mercado sigue consolidando antes de la batalla definitiva. Pero corregir subiendo siempre es alcista y, además, ayer volvió a quedar claro que los bajistas no tienen fuerza ni para que sus ataques duren una sesión completa. Hoy por hoy, casi todo apunta a una victoria alcista, pero ya saben que en el mercado nunca se puede dar nada por seguro.
Esta resistencia del mercado tiene más valor si tenemos en cuenta que se produjo en el día en que Moody´s cuestionó abiertamente la continuidad del rating AAA de Estados Unidos, y en que los países de la UE fueron incapaces de ponerse de acuerdo sobre los detalles del eventual rescate de Grecia.
En el campo económico, la producción industrial y la utilización de capacidad subieron más de lo previsto, lo que alimenta la confianza en la recuperación. El índice Empire State cayó en febrero, pero menos de lo esperado. Además, los alcistas contaron a su favor con la solidez de los bancos, que reaccionaron a un proyecto de reforma financiera mucho menos duro de lo que muchos temían.
El dólar siguió subiendo frente al euro, con lo que el petróleo cayó por debajo de 80 dólares. No obstante, el oro subió ligeramente hasta 1.105,4. Los bonos subieron en precio pese a la remontada de la bolsa, con lo que su rentabilidad cayó al 3,70%.
Este martes conoceremos las viviendas iniciadas y los precios de importación en EEUU.