Por... TORU FUJIOKA
Estados Unidos quiere una moneda más díébil para apoyar a sus exportadores, con lo que posiblemente se aleje de su mantra de un dólar ``fuerte'', dijeron el premio Nobel Joseph Stiglitz y el ex responsable cambiario de Japón Eisuke Sakakibara.
Existe una ``contradicción entre el interíés nacional y el interíés global, internacional'', dijo Stiglitz en un foro en Tokio el pasado jueves. ``En estos momentos a Estados Unidos no le conviene tener un dólar fuerte. Queremos un dólar díébil y queremos exportaciones''.
Los funcionarios de Estados Unidos han aducido que un dólar fuerte es de interíés nacional y han defendido la postura por su estatus como moneda mundial clave. Pese a ello, si el dólar se debilita impulsaría la economía en la que las exportaciones contribuyeron más al crecimiento en los últimos dos años que en ningún otro momento desde los años cuarenta.
``Si eres secretario del Tesoro, tienes que dar un discurso diciendo que crees en un dólar fuerte, pero sabes que nadie te cree'', dijo Stiglitz.
Las exportaciones netas han sumado más de 1 punto porcentual al producto interno bruto de Estados Unidos en los dos últimos años, la primera vez que eso ocurre desde 1946-47, según datos del Departamento de Comercio.
``Estados Unidos parece haber pasado de una política de dólar fuerte a una política de dólar díébil'', dijo Sakakibara, quien fue el principal diplomático monetario de Japón hasta 1999. ``Esto, combinado con la flaqueza del euro, ha hecho que se fortalezcan moneda asiáticas como la rupia india, el baht tailandíés y el ringgit de Malasia, y sumado presión para que suba el renminbi de China''.
Al mismo tiempo Sakakibara, quien habló en el mismo foro que Stiglitz, dijo que era probable que el dólar siga siendo la moneda de reserva favorita del mundo porque no hay alternativas en el futuro previsible, opinión que compartió el ministro de Finanzas actual de Japón, Takehiko Nakao.