Telefónica ha tenido muchas píérdidas en Alemania. Las suyas, registradas principalmente cuando la operadora decidió amortizar el valor de la milmillonaria licencia de UMTS, y las de O2. Pero lo que no se conocía era el importe del críédito fiscal acumulado con los números rojos. Son 8.517 millones de euros y no tienen vencimiento.
Es muy posible que Telefónica no pague impuestos por sociedades en Alemania durante alguna de las próximas díécadas. En estos momentos, no lo hace porque sus filiales en el país no son rentables todavía, pero, en cuanto lo sean, la operadora sacará a relucir un as millonario que tiene en la manga. Son sus críéditos fiscales, acumulados durante años por píérdidas de distinta procedencia. El montante de los números rojos es de bastante calibre, a juzgar por el escudo tributario que han generado. Hasta ahora, la cifra se desconocía, pero Telefónica la ha revelado en su memoria anual de 2009. En total, los críéditos fiscales y diferencias temporarias deducibles de la compañía en Alemania suman 8.517 millones de euros, una cifra muy superior al máximo de escudo fiscal que ha tenido la compañía en su mejor momento en España.
Con esta cantidad, Telefónica podría generar alrededor de 32.000 millones en beneficios sin pagar ni un euro a la Hacienda germana, al menos por impuesto sobre sociedades. Y esa cantidad, tratándose de una filial y no de las más grandes, da para muchos años.
Pero, además, las leyes fiscales alemanas permiten a Telefónica no tener prisa en alcanzar esos beneficios. En España, por ejemplo, los críéditos fiscales tienen plazo de caducidad para ser aprovechados: los 15 años posteriores a la obtención de beneficios. En Alemania, en cambio, no tienen vencimiento, lo que significa que la compañía no perderá nunca su ventaja tributaria sin haberla utilizado por mucho que tarden en llegar los números negros.
Los 8.517 millones de euros de críédito fiscal tienen diversas procedencias. Una parte importante proviene de la amortización de la licencia de telefonía móvil UMTS comprada en 2000 por una cifra millonaria. Y es que Telefónica pagó casi 8.500 millones, junto a TeliaSonera, por una concesión en Alemania. Sin embargo, a diferencia de lo sucedido en Italia, Suiza y Austria, otros países donde la española concursó y ganó licencias de UMTS, en Alemania sí que llegó a arrancar el negocio de telefonía móvil. Lo hizo con el nombre de Quam y sumó 200.000 clientes, gracias a un acuerdo para usar la red de KPN.
En 2002, con todo, Telefónica cerró su operativa comercial en Alemania y en el resto de los países donde tenía licencia. Eso sí, en el país germano no sólo perdió el dinero de la concesión, sino tambiíén el resto de los gastos de constitución de Quam y el coste de la liquidación del acuerdo con KPN.
A estos números rojos se han sumado las píérdidas acumuladas por Telefónica Deutschland, la compañía que nació para dar banda ancha a empresas. Y a eso se ha unido tambiíén la actividad de O2 en Alemania durante toda su historia. La compra de la compañía británica ha dado acceso a Telefónica a los críéditos fiscales que tuvieran las participadas y la alemana tenía bastantes, porque tampoco han brillado mucho los beneficios en su trayectoria.
Ninguno de estos comportamientos es sorprendente. Las máximas píérdidas se acumulan siempre cuando se inician negocios o cuando se emprenden estrategias de entrada en mercados de alto coste y luego se da marcha atrás. En Alemania, Telefónica ha combinado todas estas facetas, y algunas varias veces, lo que ha dado lugar al críédito fiscal de 8.517 millones de euros reciíén desvelado por la compañía.
Lo bueno para Telefónica es que sigue teniendo negocio en Alemania, así que podrá hacer uso del escudo tributario. La parte negativa es que para eso hay que tener beneficios, y la filial alemana es deficitaria. De hecho, la operadora sólo tiene activada en su balance una parte muy reducida del críédito fiscal, 426 millones, porque es lo único que los contables consideran que podría recuperar a medio plazo.
Ahora toca conseguir beneficios
El críédito fiscal que ha logrado Telefónica en Alemania es bastante superior al que tuvo la compañía en España en su mejor momento. En las cuentas de 2003, con las píérdidas milmillonarias de 2002 provocadas por la limpieza de las licencias de UMTS en Europa y la crisis argentina ya contabilizadas, Telefónica disponía de un críédito fiscal pendiente de aplicar en España de poco más de 7.000 millones.
En Alemania es mayor, pero esa no es la única diferencia entre un país y otro. El problema para Telefónica es que en territorio nacional es una máquina de acumular beneficios. En Alemania, la historia dice otra cosa.
Aunque los datos de resultados netos de la filial alemana son escasos en los documentos oficiales de Telefónica, fuentes de la compañía aseguran que ha estado y está en píérdidas. Y el críédito fiscal no se transforma en algo tangible hasta que no hay beneficios, ya que lo que permite es ir compensándolo con lo que se tendría que pagar a la Hacienda del país.
Pero Telefónica no se ha quedado de brazos cruzados. La operadora es consciente del tesoro que tiene a su disposición y ha hecho algunos movimientos para hacerlo más real. Para empezar, está aumentando su tamaño en el país -compra de Hansenet-. Pero, sobre todo, ha trasladado su central de compras a Alemania para elevar la cifra de negocios local y con una actividad rentable.
La licencia más cara
Salvo alguna puja en Reino Unido, las licencias de UMTS alemanas fueron las más caras de Europa. Italia licitó más tarde y el precio fue mucho menor, así que el coste para Telefónica de esa compra fue inferior. Las licencias de Suiza y Austria, por tamaño e interíés estratíégico, fueron las más baratas.