Por... JEFF BARNARD
KLAMATH FALLS, Oregón, EE.UU. -- Cuando la nieve cae en este pueblo del noroeste estadounidense se amontona en todas partes, menos en las aceras. Es la primera señal de que esta localidad de granjas y edificios de ladrillo del sur de Oregon es distinta a la mayoría.
Desde principio de la díécada de 1990, Klamath Falls ha aprovechado una combinación de rocas calientes y agua, similar a la de los gíéiser de Yellowstone, para mantener las aceras calientes. Tambiíén usa estos recursos para calentar edificios y encender las luces de un campo universitario.
La explotación de pozos geotermales en este pueblo de 20.000 habitantes es uno de los proyectos más ambiciosos de uso de recursos energíéticos con un impacto mínimo en el ambiente y podrían ser un ejemplo para una industria de reciente creación que ha ganado impulso con la inyección de 338 millones de dólares de fondos del paquete de estímulo financiero del gobierno estadounidense.
"No sabíamos que era ecológico. Simplemente tenía sentido", afirmó el gerente de la ciudad, Jeff Ball.
La energía tíérmica, desconocida en la mayor parte de Estados Unidos, contribuye a 0,5% de la producción energíética nacional.
Se puede ver en funcionamiento cuando la nieve cae en algunos pueblos del oeste como Klamath Falls, pues las piedras calientes están cerca de la superficie y cuentan con el agua suficiente para llevar la energía al exterior.
El complejo de energía tíérmica más grande del mundo se encuentra en el norte de California. Los gíéiseres, a 120 kilómetros al norte de San Francisco (75 millas), producen suficiente electricidad para 750.000 hogares.
Por su parte, con más de 600 pozos geotíérmicos calentando casas, escuelas y un hospital, así como encendiendo la turbina de una pequeña planta de energía, Klamath Fallas muestra cómo podría ser la vida diaria si fondos federales y capitalistas emprendedores ayudaran a transformar a la energía geotíérmica de una curiosidad occidental a un recurso que cambie el panorama energíético.
Hasta ahora, la energía tíérmica ha sido limitada por la presencia de tres ingredientes esenciales que deben coincidir en la naturaleza: rocas calientes relativamente cercanas a la superficie, agua y grietas en las rocas que hacen las veces de reservorios.
Esas limitaciones desaparecerán si los ingenieros logran manejar un tipo de tecnología llamado Potenciador de Sistemas Geotíérmicos (EGS, por las siglas en inglíés).
Un informe de 2007 del Instituto Tecnológico de Massachusetts calcula que el EGS, con asistencia, podría producir 110 gigavatios de electricidad, lo equivalente a 1.000 fábricas de carbón, de aquí a 2050, y tiene el potencial de cubrir un gran porcentaje de las necesidades energíéticas de Estados Unidos por los próximos siglos.
"Si quiere lograr un cambio transformador en este país, la energía geotíérmica debería ser parte de la receta", dijo Jefferson Tester, presidente del comitíé que realizó el informe y profesor de energía sostenible en la Universidad de Cornell.
El principal problema que presenta el EGS es que potencialmente podría producir terremotos. Inyectar agua en un terreno para dejar numerosas fracturas en las rocas y crear un reservorio hace que la tierra se mueva: lo que los científicos llaman "sismicidad inducida".
Los terremotos suspendieron un proyecto de EGS en Basel, Suiza, el año pasado. Se desarrolló un protocolo para supervisar y mitigar los problemas sísmicos.
Siempre y cuando los pozos no estíén cerca de grandes fallas geológicas, "no es dañino, pero sí crea mucho descontento en la comunidad que vive literalmente arriba", afirmó Ernie Majer, un sismólogo del Laboratorio Nacional Lawrence Berkeley en California y principal autor del protocolo.
En Estados Unidos, el gobierno está invirtiendo en 123 proyectos -que incluyen plantas energíéticas, fractura de rocas, exploración y perforaciones- en 38 estados, a fin de demostrar el potencial de la tecnología EGS.
Los ciudadanos de Klamath Falls no necesitan que los convenzan.
La ciudad está yendo más allá en la búsqueda de electricidad, para lo cual se está construyendo un generador geotíérmico con la ayuda de 816.000 dólares del gobierno federal.
Caminando con cautela, de la calle congelada a la acera limpia de nieve, el gerente del museo del condado de Klamath dijo que a los visitantes con frecuencia les da curiosidad la existencia de energía geotíérmica en el pueblo, la cual tambiíén calienta al museo.
"Siempre he dicho que la ciudad debería adoptar el slogan 'La ciudad de las aceras calientes'", dijo.