Nada apunta a que la elección de la fecha no sea inocente, pero Alemania inicia la mayor subasta de espectro móvil desde el descalabro del UMTS justo cuando se cumplen 10 años de esas licitaciones. Telefónica fue protagonista entonces y volverá a serlo. La española pondrá en marcha su estrategia de crecer con la compra de espectro, convencida de que el futuro del móvil es la capacidad.
Las telecos están de aniversario. Estos días se cumple exactamente una díécada de la subasta británica de frecuencias de móvil UMTS, más conocido ahora como de tercera generación o 3G. Esa puja puso en primer plano la liberalidad con la que las operadoras estaban dispuestas a pagar en plena burbuja tecnológica miles de millones de euros por las licencias. Precisamente, fueron estos excesos, unidos a otras compras multimillonarias que dispararon la deuda de las operadoras, las que pincharon la burbuja y provocaron la crisis del sector. Algunas de las protagonistas tuvieron que desmembrarse para sobrevivir -como BT, que se deshizo de O2- y otras todavía están pagando las consecuencias.
Y en pleno cumpleaños, Alemania ha decidido fijar el inicio de la subasta de nuevo espectro en una cantidad que supera la que se licitó en 2000. Eso sí, la recaudación económica no tendrá comparación. Hace diez años, las arcas alemanas se llenaron con más de 50.000 millones de euros. Ahora, las previsiones más optimistas hablan de 7.000 millones, pero no son pocos los analistas que creen que la recaudación se quedará entre los 2.000 y los 3.500 millones.
De esta cantidad, una parte debería proceder del bolsillo de Telefónica. La española tiene una posición complicada en Alemania por una doble vía. Por una parte, la calidad de su espectro es inferior a la de sus rivales más grandes, porque el que tiene procede de la subasta de UMTS de 2000 -el que compró O2, porque la licencia que ganó Telefónica fue revocada por incumplir los compromisos de despliegue y cobertura-. Mientras tanto, sus competidores poseen más espectro en la banda de 900 MHz, que reduce las inversiones necesarias para extender la red y da más calidad, algo vital para la banda ancha móvil.
En estas condiciones, la subasta de hoy es clave para Telefónica, pero se enfrenta a ella con peores papeletas de partida. Y esa es la segunda vía de complicación para ella. Las reglas de la licitación dan ventaja a las dos compañías con más cuota en Alemania -Deutsche Telekom y Vodafone- para pujar por las frecuencias en la banda más baja, las de 800 MHz, las más parecidas a 900 MHz. Eso deja a Telefónica y KPN, las compañías más pequeñas, con poco espectro al que acceder en esta banda. O se pelean a muerte para que sólo una se quede con todo lo que se pueden adjudicar entre las dos o se lo reparten, lo que puede significar quedarse cortas de frecuencias a corto plazo.
Con este escenario, Telefónica tiene claro que la batalla que empieza hoy es determinante para su futuro en Alemania, ya que decidirá sus posibilidades de dar un salto cualitativo o quedar condenada a ser la más pequeña de las cuatro operadoras del país. KPN ha abierto la puerta a acuerdos para compartir redes y espectro tras la subasta, así que íésa podría ser otra salida.
Pero el deseo de Telefónica de ganar espectro en Alemania no procede sólo de sus condiciones en ese país, sino del convencimiento de la cúpula directiva de que las operadoras líderes en unos años serán aquellas que tengan capacidad. La banda ancha móvil es el negocio con más crecimiento. La conexión del portátil a internet inalámbrico está a la orden del día y el potencial de los iPhone, iPad y similares pone a prueba la red un día sí y otro tambiíén. A poco que se cumplan las previsiones, las compañías de móvil que no tenga espectro estarán condenadas.
De ahí que la estrategia de Telefónica pase por adquirir todo el espectro que pueda en los mercados donde está presente. Alemania es la primera cita, pero tambiíén lo va a hacer en Míéxico, en España y en Reino Unido -donde la licitación va a retrasarse por la convocatoria de elecciones-, como mínimo. De hecho, la compra de espectro está en la primera posición de los destinos que tendrá la caja de Telefónica dentro de su estrategia de adquisiciones, según fuentes de la compañía.
Por eso, igual que la española fue protagonista hace diez años en las licitaciones de espectro, tambiíén lo será ahora. En 2000, Telefónica formó consorcio con la hoy reconvertida Sonera -se fusionó despuíés con Telia- y compró frecuencias en Alemania, Italia, Suiza y Austria, con un desembolso conjunto de unos 12.000 millones. Tambiíén O2 formó parte del proceso, con compra de licencias en Reino Unido y Alemania.
Sin embargo, tanto Telefónica como sus rivales parecen haber aprendido la lección y no se espera que, sean cuales sean sus necesidades de espectro, las pujas se les vayan de las manos.
Las claves de la licitación de frecuencias
Las reglas de la subasta alemana serán muy parecidas a las que rigieron en 2000. La puja comienza hoy a las 13.00 horas en Mainz y seguirá todos los días de 8.00 a 18.00 horas hasta que se llegue al resultado final.
La puja, por tanto, puede durar días o semanas. Cada jornada, las operadoras harán sus ofertas varias veces por los distintos bloques en venta, ya que se trata de una subasta simultánea de múltiples rondas. Cada día, el regulador alemán hará pública la puja más alta de la jornada para cada bloque de la última ronda.
Esta cantidad será la puja mínima de partida del día siguiente y íésa será su principal relevancia, porque que sea un operador u otro el que conste con la cifra más alta cada jornada no significa nada hasta que no termine el proceso. La batalla concluirá cuando algún candidato se retire porque no pueda asumir los precios que se han ido marcando y haya sólo una oferta por bloque.
Como curiosidad, en la subasta alemana de 2000, Telefónica ganó contra todo pronóstico una licencia en la contienda, que se prolongó durante 14 jornadas y 173 rondas.
¿Quíé está en venta? Alemania subasta 359,2 MHz de espectro en las bandas de 800 MHz, 1,8 GHz, 2,0 GHz y 2,6 GHz. Son 41 bloques, pero los más importantes son los seis de la banda de 800 MHz, de los que Telefónica y KPN pueden acceder sólo a dos.
¿Quiíén compite? Sólo las cuatro operadoras celulares que ya tienen red en Alemania van a concursar. Serán, por tanto, Deutsche Telekom, Vodafone, Telefónica y KPN. Por eso no se espera que la puja se eleve mucho en precio, ya que la competencia es muy reducida. Sólo la pelea entre Telefónica y KPN por el espectro de 800 MHz puede despertar más rivalidad, pero KPN ya ha dicho que no irá fuerte y que está dispuesta a compartir recursos con el ganador. Eso sí, hay quien piensa que estas declaraciones pueden ser una estrategia de cara a la subasta.
Como en otras licitaciones, el hecho de pagar no exime de asumir compromisos. Todos los bloques llevan aparejada la asunción de obligaciones. En 800 MHz, los ganadores deberán cubrir las áreas menos pobladas antes de pasar a las poblaciones más apetecibles. En las bandas más altas, se controlará la evolución de la cobertura.
La cifra
12.000 millones de euros desembolsó Telefónica junto a sus socios en las subastas de frecuencias UMTS de principios de 2000.