Las conversaciones de fusión de Caixa Galicia con Caixanova no han echado por tierra el famoso proyecto de “fusión diagonal†apadrinada por el Banco de España entre la caja coruñesa, Caja Madrid y Caja del Mediterráneo (CAM). Según confirman fuentes conocedoras de la operación, el supervisor mantiene su idea de una fusión entre la entidad madrileña y la alicantina.
Esta unión sería la primear gran fusión transfronteriza de cajas en España (ya está en marcha otra más pequeña, la de Cajasol con Caja Guadalajara), de ahí el interíés del gobernador Miguel íngel Fernández Ordóñez, principal impulsor de estas operaciones. Y además, se daría entre dos de las principales cajas del país: la segunda y la cuarta de España, con unos activos de 192.000 y 67.000 de millones de euros, respectivamente, lo que crearía una entidad con un tamaño muy próximo a los 272.000 millones de La Caixa. Y además, marcaría el camino a operaciones similares entre entidades más pequeñas.
“El Banco de España sigue muy interesado en la operación, a pesar de que se haya caído Caixa Galicia, porque crearía un gigante capaz de competir con La Caixa, porque hay muchas sinergias potenciales y poco solapamiento, y porque serviría para arreglar los problemas de ambas, en especial Caja Madridâ€, explica una de las fuentes consultadas.
Sin embargo, expertos del sector piensan que esta fusión no serviría para solucionar los problemas de ninguna de las dos, que, junto a Caixa Catalunya, son las cajas con mayor cantidad de inmuebles en cartera, según Idealista.com. "Sería como juntar un cojo con un manco; si unes dos cajas con problemas no consigues solucionarlos, sino un problema mayor", opina uno de ellos.
Por otro lado, la puesta en marcha de esta fusión dejaría la puerta abierta a la incorporación de Caixa Galicia si finalmente fracasa su unión con Caixanova. El Banco de España ha apremiado la fusión gallega porque es más factible que se alcance antes del fin del plazo para el FROB (30 de junio si la Comisión Europea no concede una prórroga) y porque crea menos problemas políticos al ser una fusión interregional. Sin embargo, la caja que dirige Josíé Luis Míéndez contaría con esta 'opción B' en caso de que al final no asuma las condiciones que pretende imponer la entidad viguesa.
Reticencias de la CAM
No obstante, la consecución de este proyecto no va a ser fácil. Principalmente, por las reticencias de CAM, que ha realizado un ejercicio de estríés y ha llegado a la conclusión de que puede mantenerse en solitario y no necesita fusionarse, según fuentes no oficiales de la entidad. Aunque no descarta participar en una operación, esto le otorga una posición de fuerza de cara a una negociación que puede complicar este proyecto.
Caja Madrid mantiene desde la llegada de Rodrigo a Rato a la presidencia el discurso de que la entidad tiene vocación de crecer y de liderar el movimiento de consolidación del sector, pero que sus prioridades son reforzar la solvencia, controlar la morosidad y mejorar la eficiencia despuíés del derrumbe de un 68% en sus resultados de 2009; es decir, no va a buscar una fusión porque sí.
Algunos de los expertos consultados sostienen la tesis contraria: que a Caja Madrid le interesa fusionarse para poder acceder al FROB. "Si es con una caja que le da tamaño como CAM, mejor; pero si no puede ser, una fusión con una caja pequeña le permitiría contar con los recursos del fondo público, que le vendrían muy bien para cumplir ese objetivo de reforzar la solvencia del que habla Rato". Máxime, con la previsión de la caja de sufrir importantes píérdidas en el negocio minorista en 2010.