La crisis inmobiliaria aboca a Cosmani al concurso de acreedores
El grupo inmobiliario Cosmani ha presentado ante un juzgado de guardia de Madrid la solicitud del proceso voluntario de acreedores (antigua suspensión de pagos), ante la imposibilidad de hacer frente a los vencimientos mensuales de su deuda financiera, que asciende a 350 millones de euros.
El proceso concursal, encaminado a evitar una sucesión de ejecuciones judiciales que pueda poner en peligro la viabilidad del grupo, ha sido emprendido por Cosmani Inmobiliaria, la matriz de la corporación, además de por otras cuatro de las 22 empresas que la conforman (Cosmani Domus, Cosmani Munit, Cosmani Gesco y Locum 3000). El resto de las divisiones, que agrupan actividades diversas, desde las artes gráficas a la energía fotovoltaica, es ajeno a esta situación.
El grupo inició ayer conversaciones con una veintena de bancos acreedores para negociar preacuerdos antes del convenio de acreedores. Según explican fuentes cercanas al proceso, la compañía busca una moratoria y una quita parcial de la deuda. Fuentes oficiales de Cosmani confirmaron a este periódico la información.
Fuego
La severa crisis que azota el mercado residencial y el hostil entorno financiero que rodea la actividad inmobiliaria y constructora se combinan en una suerte de cocktail explosivo cuya deflagración se propaga descontroladamente día a día por todo el tejido inmobiliario español.
El fuego ha alcanzado ahora a Cosmani, una compañía con unos activos de un valor estimado en 1.600 millones de euros, muy superior a su endeudamiento. No obstante, esta solvente situación patrimonial contrasta con una situación coyuntural de falta de liquidez, acelerada por la pretensión de sus bancos acreedores de que amortizara anticipadamente príéstamos y avales.
De esta forma, y a pesar de que la situación patrimonial parece suficiente para garantizar su futuro empresarial, el grupo ha optado por acogerse a la vía concursal, una solución que está siendo recurrente entre las firmas inmobiliarias (ver página 4). Los acreedores son únicamente entidades financieras, ya que la compañía se encuentra al corriente de sus pagos con sus proveedores y la Administración.
Según las fuentes consultadas, la compañía ya ha presentado una plan de viabilidad a los bancos acreedores con varios puntos: la suspensión de ejecuciones judiciales, un acuerdo para reestructurar el pasivo concursal, un proceso ordenado de desinversión de activos para aliviar la deuda financiera y la aportación de garantías a los compradores de viviendas en construcción.
Presidida por su principal accionista y fundador, Manuel Nieto, la compañía facturó 82 millones de euros en 2006, con un beneficio de 27,7 millones de euros. Con sede en Madrid, Cosmani cuenta con promociones en Madrid, Castilla y León y Levante, principalmente.
En los últimos años, ha potenciado las inversiones en el segmento patrimonial. Entre sus activos, destaca un edificio en Madreburgo (Alemania), varias naves logísticas en la localidad de Las Rozas (Madrid) y un inmueble en Madrid alquilado al grupo Repsol YPF. La compañía, que invirtió el pasado año 30 millones de euros en títulos de BBVA y Banco Popular, paquetes de los que ya se ha desprendido en su totalidad, se ha adentrado tambiíén en el sector de las energías renovables, con una inversión de 14 millones de euros.
Al margen de las empresas en situación concursal, el grupo cuenta con otras firmas, como Cosmani Urban Home, Cosmani Deutschland, Arvum, Civitas, Calprint, Cosmar, Cosmani Levante, Cosmani Extremadura y Sitio de Baldeazores. Los recursos propios del grupo inmobiliario ascienden a 75 millones de euros.
Detinsa intenta renegociar los 600 millones de deuda
La inmobiliaria Detinsa ha abierto con sus acreedores un proceso de renegociación de su deuda, que asciende a 600 millones de euros y equivale al 50% del valor de los activos. La compañía, controlada por su presidente, Josíé Antonio Moreno Sáinz Pardo, espera cerrar en próximas fechas esta refinanciación, que actualmente está “bastante avanzadaâ€, informaron fuentes de la compañía a Europa Press.
El grupo negocia paralelamente la venta de varios edificios y suelo con varias inmobiliarias de carácter patrimonialista con el objetivo de aumentar su liquidez para evitar los impagos. Detinsa reconoce haber pasado por una “situación delicada†en los últimos meses.
Durante el pasado febrero, no pudo cumplir con sus pagos de forma regular, pero el grupo asegura que la situación ha mejorado sensiblemente en marzo, fecha en la que ha conseguido atender a los compromisos del mes y de los del precedente. Por ello, la inmobiliaria garantiza que actualmente no presenta riesgo alguno de concurso de acreedores (antigua suspensión de pagos).
Además, asegura que la compañía continúa con su actividad de forma normal, y que, recientemente, cerró una venta de activos realizada a Lazora dentro del plan de reestructuración puesto en marcha ante el cambio de ciclo. Se trata de la venta de siete promociones de viviendas protegidas en alquiler ubicadas en la Comunidad de Madrid por un importe total de 71 millones de euros.
Según las mismas fuentes, la actividad que la compañía desarrolla en el área de vivienda protegida le está garantizando estabilidad en la actual coyuntura de desaceleración, que ha provocado un descenso sensible en su volumen de preventas en 2007.