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Autor Tema: La dinastí­a de los Agnelli vuelve a reinar sobre Fiat  (Leído 412 veces)

Zorro

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La dinastí­a de los Agnelli vuelve a reinar sobre Fiat
« en: Abril 25, 2010, 12:36:41 pm »
La dinastí­a de los Agnelli vuelve a reinar sobre Fiat

por Gabriele Cagliani

Las claves del renacimiento de una saga familiar que hace cinco años parecí­a abocada a la desaparición.

"Lo que es bueno para Fiat (y para sus propietarios, los Agnelli), lo es para Italia". Este lema, muy de moda en el paí­s transalpino hasta la crisis del fabricante en la primera mitad de esta díécada, da una idea de lo que ha sido el grupo automovilí­stico en el sistema económico italiano y en el imaginario colectivo del paí­s vecino.

Para Italia, la familia Agnelli ha sido mucho más que una dinastí­a industrial de renombre: es una familia real sin corona. Sin embargo, como sucede en casi todas las dinastí­as, su historia ha sido plagada por un gran número de baches, tanto desde el punto de vista empresarial, como en las biografí­as de sus componentes. La dinastí­a vuelve a reinar un grupo que estará dividido en dos compañí­as a finales de este año para competir a escala global.

Entre la segunda mitad de los años 90 y 2005, de hecho, Italia se ha desmarcado de la hegemoní­a económica de Fiat, mientras los Agnelli se veí­an golpeados por un gran número de lutos. En 1997, con tan sólo 33 años, murió Giovanni Alberto Agnelli, hijo de Umberto y heredero espiritual del patriarca Giovanni, apodado L'Avvocato. Tres años despuíés, se suicidó el hijo de L'Avvocato, Edoardo. En 2003, le tocó al propio patriarca, que fue sustituido en la presidencia de Fiat por su hermano Umberto. Sin embargo, íéste tambiíén murió tan sólo un año despuíés. Los Agnelli se veí­an diezmados precisamente cuando la propia compañí­a, bajo el peso de la escasa calidad de sus coches, parecí­a estar abocada a la desaparición.

John Elkann, la esperanza
Quedaba una sola esperanza, que hasta la muerte de Giovanni Alberto en 1997 ni siquiera se habí­a tomado en consideración: John Elkann, un chico de 26 años, con un apellido extranjero, que sin embargo era nieto de L'Avvocato por parte de madre. Eso sí­, los problemas seguí­an pareciendo más grandes que las soluciones.

John, de hecho, era demasiado joven para coger el timón de una compañí­a que estaba desorientada y cuya única esperanza de salvación era un piloto con un pulso de acero. Además, los Agnelli se arriesgaban a perder el control de Fiat antes incluso de que John alcanzara la edad necesaria para dirigirla: varios bancos italianos e internacionales -entre ellos, Lehman Brothers- amenazaban con convertir sus críéditos hacia la empresa en un paquete accionarial mayoritario, que habrí­a desplazado a la dinastí­a.

La familia, entonces, echó mano al bolsillo y se encomendó a dos ejecutivos externos: Luca Cordero di Montezemolo, que asumió la presidencia del grupo, y Sergio Marchionne, que se convirtió en consejero delegado, con todas las funciones ejecutivas. Fue entonces cuando sucedió algo que nadie en el mundo financiero italiano e internacional esperaba: tras una dura negociación con General Motors (GM), accionista minoritario de Fiat, Marchionne consiguió que el gigante norteamericano saliera del capital de la compañí­a italiana y renunciara a la opción de compra que tení­a sobre ella... y encima tuviera que indemnizarla con más de 2.000 millones de euros.

Gracias a este soplo de aire fresco, Fiat lanzó en tiempo ríécord modelos de íéxito como el 500, el Bravo y el Grande Punto, que le permitieron salir del hoyo. Para John Elkann se abrió la oportunidad de acceder a la cumbre de una empresa sana. Mientras tanto, el joven heredero se habí­a convertido en presidente del holding de la familia, Exor -que además de Fiat controla a Juventus Football Club, La Stampa, la consultora Cushman&Wakefield, el grupo suizo de certificación SGS y un paquete accionarial importante de Rizzoli Corriere della Sera (RCS, que controla en España Unidad Editorial)-, y vicepresidente de la misma Fiat.

Una herencia políémica
Eso sí­, los problemas para la dinastí­a no habí­an acabado: una disputa sobre la herencia de L'Avvocato ha causado un duro enfrentamiento entre John, su abuela Marella Caracciolo di Castagneto, esposa del patriarca, y el Consejo de Fiat, por un lado, y su madre Margherita, hija del patriarca, por otro.

Sin embargo, los litigios familiares no han parado el ascenso de John como representante de un clan familiar que ya reúne a 90 personas, paralelamente al renacimiento de Fiat como jugador a nivel mundial, tras la compra de Chrysler. La afirmación de John Elkann culminó este martes, con su nombramiento a la presidencia de Fiat, en sustitución de Luca di Montezemolo. Ahora Elkann deberá, por un lado, dirigir una Fiat que fabricará autocares y vehí­culos industriales y, por otro, tomar las riendas de Fiat Group Automobil, que fabricará sus marcas.


Voy del oro a Squirrel Media y tiro porque me toca.