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Autor Tema: España no es Grecia, pero la financiación se encarecerá  (Leído 358 veces)

Eguzki

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España no es Grecia, pero la financiación se encarecerá
« en: Abril 27, 2010, 07:59:56 am »
Puede que el mercado los ponga en el mismo saco, pero los paí­ses de la periferia de la zona euro no son iguales. Así­ lo demuestran las agencias de rating, encargadas de evaluar la calidad crediticia de la deuda soberana. Es decir, evalúan la solvencia que tiene una empresa o un paí­s para hacer frente a sus compromisos financieros o, lo que es lo mismo, si pueden o no pagar su deuda.


Y si se analiza las notas crediticias que las tres principales agencias de calificación (Standard&Poors, Moodys y Fitch) otorgan a los llamados paí­ses PIGS (Portugal, Italia, Grecia y España, por sus siglas en inglíés), las diferencias entre la solvencia española y la griega son más que notorias.

Mientras que Grecia se encuentra a un paso de los bonos basura (Fitch la sitúa a ese nivel), España se mantiene en la cúspide de los PIGS con la calificación más alta. Si la solvencia fuera una escalera ya permanecerí­a en la cima según Fitch y Moodys, que otorgan a su deuda la triple A, y sólo le quedarí­a un paso, según la evaluación de Standard and Poors, que en enero de 2009 le recortó el rating hasta AA+. Es, de los PIGS, el único paí­s que puede presumir de tener una calificación de deuda de triple A, lo que iguala su solvencia a la de paí­ses como EEUU o Reino Unido y la aleja de la de sus colegas del Mediterráneo.

Aunque hay algunos analistas que no se cansan de repetir que España podrá ser la siguiente Grecia, tambiíén hay otros que no se cansan de defender que la situación entre ambos paí­ses es radicalmente opuesta. Emilio Ontiveros, presidente de Analistas Financieros Internacionales (AFI) recalcó ayer que "España no es Grecia". Incidió en que nuestro paí­s tiene una economí­a que equivale a cuatro veces la griega, una diversificación superior de su oferta, un díéficit público "significativamente inferior", la "deuda pública más baja de Europa" y, sobre todo, "no ha hecho trampas contables".

Los vencimientos, un problema
Pero el hecho de que España sea solvente ahora no implica necesariamente que sus costes de financiación no se puedan encarecer. Sobre todo, teniendo en cuenta la avalancha de vencimientos de deuda que se le vienen encima. Sólo este año tendrá que hacer frente a pagos superiores a los 100.000 millones de euros. "El problema en España es de sus compromisos financieros y aunque su ratio de deuda/PIB sea del 65%, tiene que hacer frente a vencimientos por valor de 100.000 millones en 2010", afirma Fernando Fernández, profesor del Instituto de Empresa. De íéstos, 20.000 millones caducarán sólo en el mes de julio.

Es decir, aunque a dí­a de hoy la solvencia de España no acepte duda alguna, el paí­s está abocado a aumentar el interíés que paga a los inversores al recurrir al mercado. Y el precio al que pida el príéstamo no lo decidirá ni el Gobierno, ni la Unión Europea. La palabra la tiene la ley de la oferta y la demanda y, tal como recuerda Gonzalo Lardiíés, gestor de Interdin, "los inversores pueden dirigir a un estado al borde del precipicio, ya que llevan a cabo movimientos especulativos". Y no hay que olvidar que España es uno de los rescatadores de Grecia, por lo que, tal y como afirma íngel Olea, de Abante, "es un proceso que afectará a los crecimientos económicos de las economí­as perifíéricas".

Pero el impacto griego podrí­a verse limitado ya que, a diferencia de Grecia, España aún tiene tiempo para adoptar medidas encabezadas a recortar su díéficit y, sobre todo, de dar una buena explicación a los inversores de cómo llevará a cabo tan complicada tarea.

Más dudas, más caro está todo
De momento, la situación griega no ha hecho más que encarecer su financiación. Así­, el Tesoro español ya se ha encontrado en alguna de las ocasiones en las que ha acudido al mercado para colocar deuda, que íéste le ha obligado a emitir a un tipo de interíés superior al anterior, como consecuencia del contagio que ha traí­do Grecia a sus colegas de la periferia. Por ejemplo, si en febrero el Estado español colocó bonos a cinco años a un tipo del 2,3%, en marzo, la emisión de esos mismos activos de renta fija se hizo a un rendimiento del 3%, según consta en la página web del Tesoro Público, el organismo encargado de la colocación.

Esta situación es fiel reflejo de lo que acontece en el mercado secundario de bonos. La razón es muy sencilla: el miedo es lo que está llevando a los inversores a vender sus tí­tulos. Como consecuencia de la caí­da de la demanda, caen los precios de los mismos y, por tanto, se dispara su rendimiento. De hecho, ayer, ante el rumor de que Grecia se verá obligada a reestructurar su deuda a pesar del rescate, el rendimiento de los bonos españoles a diez años se disparó hasta el 4,05%.

"Lo que haga España dependerá de lo que decida el mercado ya que las cuentas públicas no se deterioran de un dí­a para otro pero induciíéndolas sí­ puedes provocar una crisis. Para ello es necesario que la UE responda rápido porque ahora está lenta y torpe", afirma Lardiíés.