Primer Pilar, La Ley de Mentalismo: Su lema es "todo es mente, lo que piensas se manifiesta", los pensamientos son cosas y, por lo tanto, crean alrededor nuestro aquellas condiciones mentales que hayamos decretado. Nada se mueve en este universo que no estíé gobernado por las leyes universales. Hemos estado inconscientes del enorme poder que nuestra mente posee y que nos hace creadores de nuestro propio mundo. "La mente -dice Rubíén Cedeño- determina toda tu vida, determina tu consciencia, determina tu familia, determina tus pensamientos, determina tus sentimientos, determina lo que te ha pasado hoy, lo que te pasará mañana y determinó lo que pasó ayer."
Como podemos apreciar, todo aquello que la ignorancia mundana achaca a la buena o mala suerte, casualidad, destino, malos espíritus, fortuna, etc., lo hemos generado nosotros mismos a travíés de nuestra mente. ¿Cómo funciona la mente?
La psicología moderna ha descubierto algo que los esotíéricos u ocultistas conocen desde hace miles de años: la mente tiene dos niveles, uno consciente y otro subconsciente. La mente consciente es la que usamos a diario para nuestras tareas cotidianas,existe la mente inconsciente que está grabando todo lo que vemos, hacemos, realizamos, percibimos, etc., aun cuando nuestra mente consciente no se percate de ello. Por lo tanto, cada vez que se activa en nuestro subconsciente algún estímulo que ha sido grabado (y que, seguramente, va con nosotros desde pequeños) la mente se esforzará por hacer cumplir la orden que se le da. ¿Te has dado cuenta de que hay gente que dice todo el día cosas que luego son ciertas en su vida real? : "Soy malo para las matemáticas", "Yo soy tan enfermizo", "Soy tímido", "Me da miedo quedarme solo", "Nunca me alcanza el dinero", etc.
Por ignorar la Ley, todas estas personas están creando en su mundo condiciones para que esos males ocurran, reemplacemos esos decretos negativos por afirmaciones positivas y ocurrirán milagros en nuestras vidas: "Soy capaz", "Siempre tengo cubiertas mis necesidades", "Soy hermoso", porque el secreto está en saber que nosotros y Dios, somos mayoría. Por eso digamos siempre: "Yo Soy uno con Dios, todo lo que Dios tiene me pertenece, todo lo que Dios es, Yo Soy". Porque Dios es nuestro Padre que nos entrega su infinito amor.
Empecemos, pues, a reprogramar nuestra vida y a cada apariencia negativa que se nos presente (enfermedades, carencias, dificultades de cualquier índole) digámosle "yo no lo quiero o no lo acepto, para mí ni para nadie", eso significa reconocer que la verdad de Dios es perfección, por lo tanto reconozcamos esa verdad y hagámosla presente en todo momento. Ahora podremos programar sólo cosas bellas para nuestra vida: "Yo quiero ser feliz, yo quiero vivir tranquilo, yo quiero vivir en paz".
Muchas veces nos encontramos con estos patrones negativos por la calle, aunque nos los hayamos creado nosotros; en ocasiones, en al autobús, o en un parque, en las aceras, etc., vemos que pasa alguien triste o enojado o con cualquier pensamiento negativo y como los pensamientos son cosas (nunca lo olvides) podemos desprevenidamente absorber esa negatividad, protejámonos diciendo "Yo no acepto que nada negativo venga a mi vida ni a la de nadie"