No se han escapado de la presión vendedora las Bolsas de París, Londres, Amsterdam, Zurich ni finalmente la Bolsa de Frankfurt, que fue el último reducto alcista que quedaba en el Viejo Continente. Tampoco lo han hecho la mayoría de países emergentes, como ha sido el caso de Brasil, Rusia o Australia y, de momento, se están salvando de la quema la Bolsa de Valores de Bombay y la de Corea pero, quien se lleva la palma por su fortaleza es Wall Street.
En efecto, los principales índices norteamericanos se han mantenido estas últimas tres semanas en todo momento por encima de sus soportes clave de corto plazo y su cesión podría ser el detonante de que profundice todavía más la actual corrección en la renta variable.
Es cuestión de tiempo que Wall Street acabe perdiendo soportes como son los 1.183 puntos del Standard & Poor's o los 10.950 en el Dow Jones Industrial pero dependiendo de cuando lo haga podremos valorar un escenario correctivo de mayor o menor calado.
Si estos soportes caen esta semana la situación bajista en Europa podría agravarse más que si esos soportes son capaces de aguantar más tiempo, lo que permitiría que el rebote de los últimos días prosiguiera. Esto último dejaría más espacio a una próxima caída y alejaría a los índices en general de sus soportes clave de medio plazo.
En este sentido, la fase correctiva que desarrollan la mayoría de índices internacionales tiene visos de responder a un simple ajuste del rally alcista que se inició en los mínimos de febrero. Vemos del todo precipitado hablar de que las caídas pueden acabar siendo el epígrafe de una tendencia bajista de orden mayor. Para esto último sería preciso que de forma general se perdieran los mínimos de este año. Solamente entonces sería inevitable cambiar de discurso.
El comportamiento de Wall Street unido a la evolución de las materias primas como el petróleo y de las divisas más ligadas al crecimiento, como son el dólar australiano o el dólar de Nueva Zelanda, que tambiíén son un barómetro perfecto del apetito al riesgo del mercado, nos indican tambiíén que eventuales caídas en la renta variable apuntan a que son una corrección por sobrecompra y, por tanto, una posible oportunidad para incorporarse a la misma una vez íésta se haya aliviado.