Primera Sesión: Se comienza con un sencillo ejercicio de imaginación visual. En un estado profundo de meditación, te proyectas enfrente de tu hogar e imaginas que estás allí. Tomas nota de todo lo que ves antes de entrar por la puerta principal, para ubicarte en la sala. Ves esta habitación por la noche, con las luces encendidas y a la luz del día, con los rayos del sol que entran por las ventanas, estudiando todos los detalles que puedas recordar. Luego tocas la pared y entras en ella. Examinas su interior, la luz, los olores, la temperatura y la solidez de los materiales. Cuando estás nuevamente fuera de la pared y frente a ella, cambias su color a negro, rojo, verde, azul, violeta y despuíés le devuelves su color original. Levantas una silla, que carece de peso en esta dimensión y la estudias contra la pared, mientras cambias nuevamente su color.
Haces lo mismo con una sandía, un limón, una naranja, tres plátanos, tres zanahorias y una cabeza de lechuga.
¿Cuál es el sentido de esta sesión?
Simplemente dejar que la mente lógica ceda su lugar a la mente imaginativa. La mente imaginativa, fortalecida por esta serie de ejercicios de visualización, estará capacitada para más y al mismo tiempo se desarrollarán los poderes psíquicos, contenidos en ella.