La Palabra Sagrada tiene variados efectos en los diversos planos.
1. El efecto creador de la Palabra Sagrada.
2. El efecto destructor de la Palabra Sagrada.
3. Su pronunciación y empleo en la meditación individual, en el trabajo grupal y de conjunto, para ciertos fines específicos.
4. Su efecto en los cuerpos y centros y su eficacia para alcanzar el alineamiento egoico.
EL doble efecto de la Palabra Sagrada, constructivo y destructivo.
Los mundos son el efecto del sonido.
Primero la vida, despuíés la materia; luego la materia es atraída a la vida para su manifestación y expresión y la ordenada configuración de esa materia en las formas necesarias.
El sonido formó el factor cohesivo, el impulso propulsor y el medio atrayente.
El sonido, en sentido oculto y profundamente metafísico, significa lo que llamamos “la relación entreâ€, siendo el intermediario creador, el tercer factor vinculador en el proceso de la manifestación, el akasha.
En los planos más elevados es el agente de esa Gran Entidad que esgrime la ley cósmica de gravedad, en su relación con nuestro sistema solar; mientras que en los planos inferiores se manifiesta como luz astral, siendo el gran agente reflector que fija y perpetúa, en su vibrante seno, el pasado, el presente y el futuro, o lo que denominamos Tiempo.
En relación directa con el vehículo inferior se manifiesta como electricidad, prana y fluido magníético. Quizás obtengan una idea más clara y sencilla, si consideran al sonido como agente de la ley de atracción y repulsión.
Los siete grandes Alientos.
El Logos, en su síéptuple plenitud, al enunciar la Palabra Sagrada para crear el actual sistema solar, reunió, al inspirar, la materia necesaria para la manifestación, iniciando con el primer gran Aliento la evolución de esa materia.
Con el segundo gran Aliento se estableció la diferenciación y se implantó el segundo aspecto logoico.
Con el tercer gran Aliento se manifestó el aspecto actividad de la materia, se impregnó de esta facultad y la quíntuple evolución llegó a ser una posibilidad.
Con el cuarto gran Aliento algunas de las Jerarquías respondieron, y los grandes Constructores vieron el plan con mayor claridad.
Existe una relación definida entre el cuarto gran Aliento y la Cuarta Jerarquía creadora, o sea la Jerarquía de los Espíritus humanos.
Esta cuarta nota del Logos tiene una significación especial para el Espíritu humano produce un efecto singular en esta tierra y en este cuarto ciclo.
La relatividad del mismo es tal, que resultaría difícil que pudieran comprenderse su efecto. Se manifiesta, hasta donde puedan captarlo, en la nota armónica del cuarto plano y rayo.
Esta nota compenetra actualmente a los pueblos del mundo y lo ha hecho desde la cuarta raza raíz.
Se demuestra en el esfuerzo que realiza la humanidad para comprender el ideal de armonía y de paz y en la aspiración mundial para lograrlo.
Este cuarto Aliento es aplicable especialmente a la evolución humana.
Por lo tanto tenemos que:
El primer subtono de la triple Palabra dio la primera nota vibratoria e inició el movimiento de las esferas, solares o atómicas personifica la Voluntad.
El segundo subtono de la triple Palabra implantó el segundo aspecto, y trajo al regente cósmico del rayo sintíético a la manifestación. Señaló la dualidad o el amor reflejo.
El tercer subtono de la triple Palabra hizo posible nuestra quíntuple evolución. Es la nota básica de los cinco planos inferiores. Marcó la actividad o adaptabilidad.
El cuarto subtono de la triple Palabra es el sonido de la Jerarquía humana y podría denominarse el “grito del Hombreâ€.
Cada uno de los sonidos trajo directamente un rayo a la manifestación, con todo lo que íéste contiene.
Cada sonido se manifiesta particularmente en un plano, siendo la nota dominante de ese plano.
El quinto gran Aliento tiene su propio efecto peculiar, pues en su reverberación contiene la clave de todo es el Aliento de Fuego. Creó una vibración similar a la del plano mental cósmico y está íntimamente relacionado con el primer Aliento. Es la nota dominante (en tíérminos tíécnicos musicales) del sistema solar, lo mismo que el tercer Aliento corresponde a la tercera mayor que es la nota del Logos.
Cada aliento atrae hacia el Logos a alguna entidad que se halla en los niveles cósmicos para que se manifieste.
La analogía del míétodo puede verse en el microcosmos, cuando el Ego enuncia la nota egóica en los tres mundos y se prepara para manifestarse en la encarnación humana.
La nota atrae alrededor de los átomos permanentes o núcleos, la materia adecuada para el propósito de su manifestación, estando a su vez animada por alguna entidad vital.
Similarmente, los Señores cósmicos del Fuego, las grandes Entidades que dan forma a nuestro sistema solar, responden cuando se emite este quinto subtono.
Tambiíén los Señores de la Llama, dentro del sistema solar, respondieron cuando el microcosmos enunciíé el quinto subtono de la nota monádica y se involucraron en la evolución humana.
El sexto gran Aliento atrajo hacia sí a los Señores del misterioso Pentáculo, las esencias volátiles del plano emocional, la facultad del deseo revestida de materia, el aspecto acuoso de la vida logóica.
Al emitirse el síéptimo subtono tuvo lugar la cristalización y la absoluta conformidad con la ley de acercamiento, dando por resultado el aspecto denso de la manifestación, el punto más profundo de la experiencia. En consecuencia, observarán a este respecto su relación con el Rayo de la Ley Ceremonial, uno de los grandes rayos constructores rayo que amolda la materia, de acuerdo a fórmulas establecidas, para que adopten las formas deseadas.