Cuando el pánico toma el control de los mercados
por P. Martín Simón en Cinco Días
Lo vivido en las Bolsas en la última semana se asemeja al pasado más reciente. Se desplomaron con una magnitud parecida en octubre de 2008, tras la quiebra de Lehman Brothers, y en marzo del año pasado, cuando el Ibex bajó hasta sus mínimos de finales de 2003. ¿Pero ahora cuál ha sido el desencadenante? ¿Los únicos culpables son los especuladores? ¿Es momento de entrar en Bolsa? Los factores que explican la última debacle son varios, y los expertos están divididos sobre la conveniencia de lanzarse a comprar en un momento tan delicado como íéste. Los fundamentales de una parte de las cotizadas son incuestionables. Pero, como advirtió Keynes, "el mercado puede permanecer irracional más tiempo del que uno puede permanecer solvente". A continuación, cinco factores que están influyendo en los mercados.
1. La solvencia de los Estados. Si Grecia se declara en suspensión de pagos, ¿quíé ocurriría? Las instituciones europeas han sido incapaces de dar una solución rápida y eficaz al problema. Los inversores se han puesto nerviosos, los especuladores han visto un eslabón díébil del que podían sacar tajada y la propia reacción del mercado desencadenó que tuviera que ponerse en marcha el plan de rescate antes de lo previsto. El coste de financiación del país heleno se ha disparado a cotas astronómicas. El diferencial de su deuda a 10 años -que ofrece un rendimiento del 12,45%- frente a la alemana se situaba en 965,3 puntos básicos (100 equivalen a un punto porcentual) el viernes. Los bonos de otras economías perifíéricas se han visto afectados y se ha dado pábulo a descabellados rumores sobre España.
2. El coste de la deuda pública. í‰ste se ha disparado en varios países del euro, lo que ha alimentado los rumores sobre posibles insolvencias. Esta vez, tambiíén las entidades financieras, principales tenedoras de deuda pública europea, se han visto afectadas. De ahí, que los bancos hayan sido uno de los sectores más castigados en Bolsa. "Si finalmente el BCE se decide a incrementar su balance comprando bonos, la situación mejorará. Hasta entonces, hay que mantenerse fuera de la Bolsa en general y de los bancos en particular", señala Fíélix González, socio director general de la Eafi Capitalia Familiar.
3. El mercado interbancario. Es una prueba de las tensiones de liquidez que están viviíéndose. Un informe de Barclays Capital señala que las emisiones de pagaríés de empresas han caído fuertemente en los últimos días. Por su parte, el índice Ted Spread, que refleja el diferencial entre las letras a tres meses de Estados Unidos y el líbor a este mismo plazo, avanzó el viernes cinco puntos básicos, la mayor subida desde 2008. Minutos antes de que cerraran las Bolsas del Viejo Continente, los operadores recibieron el rumor no confirmado de que el BCE puede anunciar este fin de semana la inyección de 600.000 millones de euros en el sistema interbancario.
4. Las órdenes automáticas. Igual que en octubre de 2008 y en marzo del año pasado, las máquinas están teniendo un papel crucial en cómo se mueve el mercado. El batacazo puntual del jueves en Wall Street es la mejor muestra. "Sin duda, un error informático que complementó un error humano y todo ello con un caldo de cultivo muy propicio para las ventas. Desde la inacción del BCE hasta el mayor escepticismo sobre la validez del rescate a Grecia más allá de corto plazo y la contaminación y pesimismo sobre el control de los díéficit públicos en varios países europeos", explica Josíé Luis Martínez Campuzano, economista de Citi en España. Los niveles tíécnicos tambiíén han sido cruciales. El Ibex perforó el martes los 10.000 puntos y, desde entonces, las caídas no han tenido freno. Los analistas señalan que, una vez vencidos los 9.200 puntos, su sustento más inmediato aparece ya en el entorno de los 8.800 puntos. El viernes, tocó un mínimo en los 8.925 puntos.
5. La liquidez en renta variable. De todos los activos disponibles, la Bolsa vuelve a convertirse en el más líquido. "En momentos tan turbulentos como el actual, es lógico que los gestores vendan lo más fácil de vender, que son las acciones", explica Anabel Laín, gestora de Ibercaja Gestión. A su vez, el pánico y la desconfianza causadas por las ventas incitan a los inversores a poner a resguardo su dinero. De esta forma, lo sacan de productos de riesgo, como fondos y planes de pensiones de renta variable. A su vez, este hecho provoca que los gestores suelten más papel en el mercado.