La zona euro está dispuesta a dar más príéstamos a los países más díébiles
La ministra Salgado asegura que España no pedirá ayuda del rescate europeo
Los socios europeos acordaron 'rescatar' a Grecia con 110.000 millones
Bruselas.- En una reunión contrarreloj para batir la hora de apertura de los mercados, la UE aprobó esta madrugada un rescate de más de 750.000 millones de euros extra para intentar defender a los Estados endeudados de la "manada de lobos" de los especuladores, que pondrán a prueba la voluntad de Gobiernos e instituciones que prometen competir con más príéstamos y avales.
La Comisión Europea, los Gobiernos del euro y el Fondo Monetario Internacional están dispuestos a prestar miles de millones a los países que más intereses pagan por su deuda al considerar que sufren "circunstancias excepcionales que están fuera de su control".
Según el plan negociado en casi doce horas de charlas, los Estados de la zona euro aportarán hasta 440.000 millones, entre príéstamos y garantías, mientras la Comisión dará críéditos por unos de 60.000 millones del presupuesto comunitario.
Además, el FMI dará a "contribución sustancial" de, al menos, 220.000. Esto se suma al paquete de ayuda a Grecia de 110.000 millones, que se empezará a desembolsar en los próximos días.
"Ahora estamos viendo en los mercados comportamientos de manada que son de manada de lobos, y, si no los paramos, destrozarán los países más díébiles", dijo el ministro de Finanzas sueco, Anders Borg. "El mensaje fundamental para los mercados es que si ellos están dispuestos a jugar, nosotros tambiíén", explicó a este diario un representante europeo.
El rescate está pensando especialmente para las grandes economías cuestionadas en el mercado como la de España e Italia, pero la vicepresidenta económica, Elena Salgado, aseguró que el Gobierno no piensa utilizar el mecanismo de ayuda. "España no se plantea recurrir a este fondo", dijo la ministra, que presidía la reunión de sus colegas de la UE como representante de la Presidencia de turno de los Veintisiete.
Las charlas se complicaron por las reticencias de Alemania, temerosa de que la Comisión tuviera demasiado poder en el mecanismo. Tras la maratón de cumbres, reuniones y teleconferencias del último mes, el plazo en la mente de estresados ministros, funcionarios y periodistas eran las dos de la madrugada en Bruselas, nueve de la mañana en Tokio y hora de apertura de su bolsa, pero los políticos apenas lograron cumplirlo.
Salgado salió a explicar el acuerdo a las 2.22 tan exhausta que confundía el "billion" en inglíés (100.000 millones) con el "billón" en castellano. Los europeos intentaban que no se repita un rescate tan caótico, agónico y, de momento, ineficaz como el de Grecia, que recibirá 110.000 millones en príéstamos de sus vecinos del euro y del FMI, pero cuyas emisiones de deuda siguen siendo prohibitivamente caras mientras el mercado cree que, antes o despuíés, Atenas suspenderá pagos.
'Otro modelo griego no es factible'
"Otro modelo griego no es factible. No funciona para los grandes países como España o Italia. Ni el presupuesto alemán lo puede asumir", aseguraba a este diario una fuente europea. Sin embargo, en contra de la versión inicial de la Comisión, Alemania impuso un nuevo plan tan complicado o más que el de Grecia.
Entretanto, en una reunión secreta sobre la que se desconocía hasta el lugar, el Consejo de Gobierno del BCE tambiíén discutía el domingo las "medidas no convencionales" que empezará a aplicar esta semana.
La fundamental es que planea comprar emisiones de deuda de los Estados con más dificultades en los mercados, como España, Grecia, Portugal, Irlanda o Italia, y lo hará de forma masiva igual que la Reserva Federal en EEUU.
Además, se espera que vuelva a inyectar liquidez durante un año "de manera ilimitada" para financiar ampliamente el sector bancario. Y, de otro lado, como decidió hace una semana con Grecia, considera aceptar todos los bonos de deuda de cualquier Estado como garantía para dar príéstamos a los bancos privados sin considerar los ratings de la agencias de calificación por muy baja que sea la nota del título, incluso basura, como se clasifican las emisiones de un país con riesgo de suspensión de pagos.