Que razón tienes , menos mal que algunos no nos dejamos arrastrar por las apariencias, la cervecitas y los pequeños detalles cotidianos que no falten al fin y al cabo son los que te la vida mas rica, por lo menos para nosotros y los nuestros
Es una lástima que cada vez seamos menos los que valoramos lo que realmente importa. Y el problema es enorme, porque no son ya solamente los típicos que viven en las apariencias (que siempre los ha habido y los habrá) sino las nuevas generaciones, que no han ido apretados en un seiscientos, comiento bocata y cervecita con la família y disfrutando de cada momento que pasaban juntos. Estos no pueden o no quieren asumir una situación inferior a la que tenían en el momento de volar del nido. Así que se endeudan en una loca espiral para poder tener un piso como el de papá, un coche como el de papá y un estilo de vida como el de papá. Sin pensar que a papá le ha costado veinte años de currele o más llegar a donde está. Que no les pase ná.
Saludos!