A pesar de que la bolsa española ha vivido su mejor sesión en toda su historia, con una revalorización del 14,43%, a la fiesta todavía le queda mucho por delante para ser verdadera. Y es que, en el parquíé todavía existen muchas dudas por resolver, que no han visto los inversores, que se han quedado cegados por la vorágine alcista. De hecho, hay que tener en cuenta varias incertidumbres que todavía no se han resuelto y que pueden dar algún que otro disgusto a las personas que estíén ahora en el parquíé:
1. Son promesas todavía, no hechos
Las autoridades europeas anunciaron el fin de semana una serie de medidas extraordinarias para poner remedio a la reciente crisis que sufre la zona euro. La respuesta de política económica, que busca actuar sobre el mercado, ha consistido en anunciar cifras colosales: 720.000 millones de euros. "Sin embargo, la coordinación de las medidas puede demostrarse mucho más complicado. No hay más que recordar lo complicado que resultó articular de manera concreta las ayudas a Grecia. Más allá de las enormes sumas prometidas nuestro equipo de economistas destaca el compromiso adicional por parte de Portugal y España de reducir su díéficit", dice Oddo Securities.
En esta misma línea se posiciona Link Securities, que explica que la rapidez de implementación de las mismas, así como su publicación detallada, serán claves para que los inversores terminen por valorarlas positivamente. "De no ser así, las turbulencias volverán a las bolsas y, esta vez, será ya mucho más complicado intentar tranquilizar a los mercados ya que el margen de maniobra es cada vez más reducido", dice esta firma.
2. Todavía no hay dinero sobre la mesa
En la actualidad la única partida que existe y está disponible es la de la Comisión Europea, es decir, 60.000 millones de euros. Esto supone el 8% de los 720.000 millones anunciados este fin de semana. "Europa ha optado por un plan de rescate orquestado para hacer frente a la tensión extrema que se respiraba en los mercados. No obstante queda pendiente la más importante del ajuste necesario: que cada país, y en particular los mediterráneos, logre ser autosuficiente y reduzca de forma activa y segura el díéficit, sobre todo vía descenso del gasto", relata Banca March.
3. ¿Independencia del BCE?
Uno de los principales problemas que destapa esta situación es si el Banco Central Europeo (BCE) mantiene su autonomía o si por el contrario se ha dejado llevar por los acuerdos de los Gobiernos europeos. Y es que con las medidas acordadas el fin de semana, el BCE reestablecerá líneas de financiación en dólares con la Fed, retomará las subastas a tipo fijo en los dos próximas operaciones de refinanciación a tres meses e reintroducirá en mayo una operación de refinanciación a seis meses. "No obstante, la credibilidad, el mandato y la independencia del BCE se han visto comprometidos y se trata de elementos primordiales para la eficacia de la política monetaria. Por otro lado, esta decisión revela una mayor fragilidad que la sospechada del sistema bancario europeo", comenta un operador.
Los expertos aseguran que tras estas medidas quedaría muy poco margen de maniobra para salvar a la zona euro. "Todas estas medidas deben funcionar para evitar un posible colapso de la zona euro, que arrastraría, sin duda, al resto de economías mundiales", dice Link Securities. De fracasar, habría pocas medidas adicionales que llevar a cabo, es decir, con lo anunciado este fin de semana que el margen de maniobra tanto de los distintos gobiernos de la zona euro como de las autoridades monetarias sería muy reducido, y se limitaría a un gran esfuerzo adicional de consolidación fiscal por parte de los países perifíéricos de la región: Portugal, Irlanda, España e, incluso, Italia, que podría abocar nuevamente a estas economías a la recesión.