Los rebotes tíécnicos, en un mercado bajista, son pan para hoy y hambre para mañana. Las reacciones al alza sólo sirven para tomar fuerzas y seguir bajando. Pero ¿Estamos en un mercado bajista? En nuestra opinión, no. Estamos en una corrección de un tramo alcista que se inició en marzo de 2009, desde cotas ligeramente inferiores a los 7.000 puntos y que el 6 de enero de 2010 alcanzó los 12.222 puntos y, como recodarán, una semana antes aconsejamos vender el día de Reyes.
Los analistas tíécnicos verán una corrección en tres ondas. Una onda A de retroceso hasta los 10.000 puntos (mínimos de febrero pasado). Una onda B, al alza, que aúpa del Ibex hasta los 11.500 y una onda C, de caída que le hace bajar hasta los 9.000, con dos tramos de caída, A y C, casi idíénticos en amplitud. En pura teoría, la corrección puede darse por terminada; en la práctica, como siempre, Dios dirá.
Vayamos al titular del texto. El sábado comentábamos en Expansión que existían dos mundos; uno, el de las economías, con crecimientos del PIB en toda la UE. Con resultados trimestrales de las empresas mejores de lo estimado, sometidas a un castigo bursátil que ha dado lugar a que la mitad del Ibex cotizara por debajo del valor en libros y con rentabilidades por dividendos que batían por goleada a los activos de renta fija.
Otro mundo, el de los estados perifíéricos de la UE con bajadas del ráting y con riesgo de que no pudieran hacer frente a los próximos vencimientos.
En nuestra opinión, si se devolvía la confianza a los mercados sobre el riesgo país, los inversores volverán la vista hacia la renta variable y se darán cuenta de que el castigo infligido era excesivo. Y es justo lo que ha ocurrido.
No se ha solucionado nada. Sólo se ha lanzado un mensaje al mercado, en el sentido de que hay voluntad de poner sobre la mesa todo el dinero que haga falta. Seguramente hipotecaremos el futuro de nuestros nietos, pero se ha devuelto la confianza, que el mercado esperaba como agua de mayo.
Los cierres de cortos han catapultado las bolsas al alza y, como indicamos en el comentario de fin de semana, a los bajistas (los osos) los están llevando a patadas en el trasero a la osera
Esto no ha terminado y al margen de las recogidas de beneficios de los operadores a corto, habrá más episodios, pero se van a demorar lo suficiente para las aguas vuelvan a su cauce y las bolsas se recuperen de los descalabros.