Las bolsas asiáticas no han conseguido repetir el festín bursátil que se vivió ayer tanto en Estados Unidos como, especialmente, en Europa, donde el Ibex 35 registró la mayor subida de su historia al dispararse cerca de un 14,5%.
Los principales indicadores de la región registraban descensos minutos antes del cierre. Las caídas eran del 0,6% para el Nikkei y del 0,5% para el MSCI Asia Pacífico. Las medidas adoptadas por el Gobierno chino para frenar la burbuja inmobiliaria y mantener a raya la inflación así como los temores a que la banca japonesa pueda necesitar ampliar capital, han pesado sobre el ánimo inversor.
El Hang Seng de Hong Kong retrocedía más del 1%, mientras que el S&P/ASX 200 australiano recortaba un 0,4%. Por el contrario, subían los principales índices de China, Malasia y Filipinas.
Hoy, los mercados asiáticos muestran ciertas dudas sobre el superfondo de estabilidad puesto en marcha por la Unión Europea y el FMI para evitar la quiebra de cualquier estado miembro de la zona euro y conseguir la estabilización del euro. Los inversores quieren conocer ahora cómo se implementará dicho mecanismo en caso de que fuera necesario. Además, están pendientes de la reacción de las bolsas europeas tras las fuertes compras de ayer.
Los temores a un contagio de la crisis griega a otros países de la zona euro ha provocado una fuerte sacudida a las bolsas en los últimos meses y los mercados asiáticos no han sido ajenos a ellos. De hecho, la semana pasada, el MSCI Asia Pacífico cayó durante toda la semana pasada borrando las ganancias de todo el año.