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Autor Tema: PREPARA LA CARTERA  (Leído 376 veces)

Emilio

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PREPARA LA CARTERA
« en: Mayo 11, 2010, 01:10:18 pm »
PREPARA LA CARTERA

Imagina un acantilado al que te acercas peligrosamente. Una vez estás frente al punto final decides empezar a construir una pasarela sujeta únicamente por la base más cercana a tus pies. Al otro lado nada, sólo el vací­o. Como debes seguir caminando ya que ese es tu destino, vas añadiendo tablas a ese puente sin apoyos. A medida que parece menos sostenible aceleras el ritmo de construcción y a su vez lo haces más ancho  y más largo. Sabemos que tarde o temprano cederá, es cuestión de tiempo. Mientras tanto las obras de sujeción de la plataforma cada vez son más caras, pues la presión hacia el fondo es mayor y los contrapesos que precisa el único punto de apoyo deben ser más pesados y mucho más caros.

Lo bueno del plan de rescate encubierto que hoy ha provocado la euforia en los mercados es que parece lo único que de momento se puede hacer. Ahora bien, cabe definir lo que supone y lo que es. Ese dinero no deja de ser un paquete que saldrá de emitir más deuda pública en un escenario en el que es la deuda pública la que ha generado este agujero. Es como querer apagar un incendio con gasolina. Ahora ya sabemos que, entre el riesgo inflacionista y la posibilidad de un default de algún paí­s europeo, la Unión Europea ha asumido el primer peligro.

Que la bolsa estíé subiendo hoy es normal, lo que no es normal es la generalizada alegrí­a de quienes van a pagar este guiso. Alemania ya ha empezado a  comprar deuda española a fin de que no colapsemos. Recuerden que Zapatero aseguró que era “una locura” que España necesitara dinero para cubrir su deuda. El jueves pedí­a a la banca española que se hiciera cargo de unos vencimientos y hoy calla como un ratón al ver como nos compra papel el Bundesbank.

¡Que bien! Ya tenemos compradores para colocar los vencimientos. Es normal que lo hagan, yo tambiíén lo haríé durante un tiempo. Ahora ya sabemos que el riesgo de impago ha desaparecido pues el dinero con el que los alemanes, franceses y británicos compran nuestra deuda es el montante del críédito que ellos van a disfrutar y que nosotros vamos a pagar con nuestros impuestos.

Es habitual que el ciudadano de a pí­e asuma como bueno este tipo de asuntos. Las grandes decisiones polí­ticas quedan lejos de la vida cotidiana. Es normal que ante tanta cháchara financiera, una decisión como la de disponer casi un billón de euros para rescatar paí­ses glotones y despilfarradores sea bien tomada pues no se adentran en el fondo del  asunto. ¿Quiíén paga todo esto?

Lo pagaremos todos pero se nutrirán unos pocos. De hecho es algo que no podí­a demorarse más. Francia y Alemania han decidido crear la deuda pública europea y por derivación cargarse el modelo de deudas domíésticas que tanto daño está haciendo al euro. A partir de ahora íéstos dos gigantes avalan toda la operativa que salve a los portugueses, españoles, italianos, irlandeses y griegos a cambio de controlar todo el mercado.

Los alemanes han dejado de negarse en redondo a ayudar a paí­ses como el nuestro a entender que si caemos, ellos tambiíén caen. Es el viejo chiste del “a que no nos haremos daño”. Ahora ya sabemos que no caeremos, por lo menos no en breve, lo único, que no es poco, es que veremos una reducción sustancial de servicios y beneficios públicos. Será de forma tremendamente importante e de manera inmediata pues, aunque la reducción de díéficit impuesta a España es leve, es urgente según nuestros padrinos berlineses.
Otro sí­mil. Tu familia acude en tu rescate aunque tú no asumí­as públicamente que estabas en bancarrota. Te compran cosas para que puedan ser un depósito a plazo. Lo recuperarás a medida que puedas pagar el coste de las ayudas. De momento con el lí­quido obtenido intentas remontar tu situación. Para que todo fluya prometes que te portarás bien y que gastarás menos. Parece obvio que tus familiares, los que te han permitido que eso sea así­ empiecen a partir de entonces a fiscalizar tu actividad. Eso nos va a pasar a los españolitos y Zapatero será el primer español en saborear el “corralito”, en este caso el “presupuestario”.

Al parecer, una de las consecuencias del bollo europeo de casi un billón de euros es que supondrá un recorte presupuestario sin precedentes para España. Alemanes y franceses van a disfrutar de lo lindo con nuestra “economí­a de Champions League”.  Esperan urgentemente un plan detallado y concreto que muestre como vamos a pagar el soporte y como vamos a reducir el gasto.

¿Estáis preparados para pagar más a cambio de menos servicios? Bienvenidos a la era del ajuste. Una etapa que se verá tintada de gris. Se acabaron los estí­mulos a la economí­a española, este dineral es para salvar la deuda con la que se ha pagado el montante de medidas ineficientes e inservibles que hemos puesto en marcha. Ahora, una vez nos prohí­ban hacer más planes E y mandingas, cuando se acaben los 420 euros y el resto de medidas humillantes, el dinero que quede será para colocar vencimientos. El dinero es para pagar deuda, no para inversiones que ayuden al crecimiento.

Por si fuera poco, y no es que quiera amargarle el dí­a a mis excompañeros “traders” que hoy están pasando un dí­a divertidí­simo, el asunto de los bonos sin valor seguirá circulando. Imaginemos que nuestra familia nos da dinero a cambio de unos “bonos” que pueden ser unos diarios viejos o una ropa fuera de temporada. Nos ofrecen una ayuda a cambio de algo que no vale nada y a riesgo que no le devolvamos el valor del mismo pues a nosotros tampoco nos interesan ni esos periódicos viejos ni esa ropa descatalogada. Puede que nuestra familia asuma la ayuda a fondo perdido.

Por eso, el problema viene cuando con ese dinero (de todos) se emplea para comprar bonos basura. Europa sabe que todo el fondo que se utilice para comprar deuda griega es tirar el dinero. Si en un espacio breve de tiempo, antes de finalizar el año, esta medida no ha resuelto los problemas estructurales y ha dispuesto los vehí­culos por los que los paí­ses peor dimensionados sean capaces de reducir sus díéficits, la unión monetaria quedará herida de muerte. Despuíés de algo tan grande, tan bien recibido y con tanto coste socioeconómico, no se logran los objetivos, ya no queda ninguna bala más. Esta es el último cartucho, de hecho toda la artillerí­a se pone en este plan. Todo, no queda nada más, está claro.



Sharif

  • Visitante
Re: PREPARA LA CARTERA
« Respuesta #1 en: Mayo 11, 2010, 01:29:39 pm »
Completamente de acuerdo, pero añado que sí­ falta un último cartucho para mantener la unidad europea, ya que no quieren expulsar a nadie... la devaluación de euro.