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Autor Tema: Botí­n y Alierta presionaron a Zapatero y Rajoy para tomar medidas y salvar la  (Leído 345 veces)

Eguzki

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Emilio Botí­n y Cíésar Alierta, presidentes del Banco Santander y Telefónica, respectivamente, las dos mayores empresas privadas españolas, se han movido activamente en los últimos dí­as para presionar de forma conjunta al presidente del Gobierno, Rodrí­guez Zapatero, y al lí­der de la oposición, Mariano Rajoy, en busca de un acuerdo entre las dos grandes fuerzas polí­ticas del paí­s en torno a un paquete de medidas de ajuste del díéficit capaz de llevar la tranquilidad a los mercados y evitar el contagio griego que la semana pasada amenazó a España con la bancarrota.

El crash bursátil que la semana pasada llevó al í­ndice Ibex 35 a perder un 13,7% de su valor -más de 65.000 millones de euros-, y que supuso retrocesos muy llamativos tanto del Santander como del BBVA, llevó a ambos empresarios a entrar en contacto con los  dirigentes polí­ticos para urgir decisiones polí­ticas urgentes. En la mañana del martes, Botí­n llamó por telíéfono a Alierta. No lo encontró. “Le ha llamado el presidente del Santander”, informaron al telefónico desde su secretarí­a. “Quíé casualidad, póngame ahora mismo porque yo tambiíén querí­a hablar con íél”.

Al dí­a siguiente, miíércoles 5, Zapatero recibí­a en Moncloa a Rajoy, en un encuentro que habí­a despertado gran expectación y del que los españoles esperaban que saliera una ríéplica del pacto “a la portuguesa” suscrito el miíércoles 28 de abril entre el primer ministro portuguíés, Josíé Sócrates, y el lí­der del PSD, Pedro Passos. De modo que ambos empresarios decidieron aprovechar la ocasión para, en un movimiento de pinza, intentar convencer a los polí­ticos de la importancia de salir de Moncloa con un acuerdo de medidas concretas. Por razones de afinidad personal y/o ideológica, Botí­n llamarí­a a Zapatero y Alierta se encargarí­a de Rajoy.

El de Telefónica cumplió el encargo con el inquilino de Gíénova, tropezándose con un Rajoy escíéptico sobre las posibilidades de concretar un acuerdo con el Presidente. El banquero hizo lo propio, pero esa tarde Zapatero regresaba de un viaje relámpago a Bruselas y se tuvo que conformar con hablar con la vicepresidenta Fernández de la Vega. Por la noche lo harí­a personalmente con Zapatero. El banquero, que se ha convertido en un peculiarí­simo confidente del Presidente no escatimó esfuerzos para describir el dramatismo de la situación a la que se enfrentaba una España sometida ya a estrecho escrutinio por los mercados.

Decepción por el fracaso del encuentro en La Moncloa

La decepción de ambos fue mayúscula al contemplar por televisión las declaraciones (“Pero, ¿por quíé no comparecen juntos? ¿No habí­an puesto dos atriles…?”) efectuadas por ambos a medio dí­a del miíércoles pasado desde las dependencias del Palacio de la Moncloa. El fracaso del encuentro no hizo sino echar gasolina sobre las sospechas, ampliamente extendidas por las grandes plazas financieras, de la incapacidad del Gobierno tanto para llegar a un pacto con la oposición como para abordar un plan creí­ble de ajuste del díéficit público. La bolsa acusó el fiasco. El Santander se dejó la semana pasada en Bolsa más de 15.140 millones (en gran parte ya recuperados), mientras que Telefónica cedió 7.600 millones.   

La tensión vivida en ambas casas con tal motivo ha sido “brutal”, en opinión de las fuentes. Con una CEOE descabezada por culpa de la situación personal por la que atraviesa su presidente, Dí­az Ferrán, ambos empresarios han tomado sobre sus espaldas la tarea de concienciar al Gobierno Zapatero de la necesidad de medidas urgentes. “Botí­n ha hablado en la última semana no solo con Zapatero y De la Vega: lo ha hecho en al menos dos ocasiones con la vicepresidenta y ministra de Economí­a Elena Salgado, con quien tambiíén ha hablado Alierta”.

El argumento del banquero ha sido siempre el mismo: tratar de advertir sobre la situación de riesgo extremo que se cerní­a  sobre la economí­a española. “Las presiones que recibimos en todas partes sobre España son terribles; hay que hacer algo y enseguida”. En realidad, y al margen de las protocolarias palabras de apoyo al Gobierno que suele pronunciar en público, Botí­n viene desde hace tiempo advirtiendo al presidente de los riesgos de su polí­tica de gasto público descontrolado. El miíércoles, tras la sesión parlamentaria en la que presentó el duro plan de ajuste ya conocido, Botí­n se sintió por primera vez satisfecho en mucho tiempo. Zapatero se habí­a ganado a pulso la llamada de felicitación que recibió esa misma tarde del banquero