Según el catedrático de Estructura Económica de la Universidad Ramón Llull de Barcelona, de la llamada del presidente Obama a Zapatero el pasado martes, se deduce que España está peor de lo que pensamos y que más potencial de hacer daño al mundo de lo que en un principio puede suponerse. Así, Niño Becerra hace una radiografía de un país en el que en las dos últimas díécadas, el salario y la productividad no han crecido, mientras que el endeudamiento de los ciudadanos se ha disparado.
"Resumamos: en 18 años, en el Reino de España, los salarios reales medios no han crecido, o sólo un 0,7%; sin embargo las familias han multiplicado sus deudas por dos, y lo que España ha importado ha excedido con creces a lo que España ha exportado", afirma el profesor en el blog La Carta de la Bolsa, de Moisíés Romero.
La mayoría de empleadores radicados en España "se quejan de lo elevados que son los costes laborales", y Niño Becerra sostiene que lo hacen a pesar de que en casi dos díécadas la remuneración de los empleados apenas ha variado y la mitad de los españoles perciben salarios iguales o inferiores a 1.000 euros mensuales.
Y es que de lo que en realidad se están quejando es de que "su competitividad es muy reducida a pesar de que los salarios con que remuneran al factor trabajo que utilizan son bajos".
Poca generación de valor
El problema no reside en los salarios, "sino en la baja productividad de las empresas y en el bajo valor que generan, lo que supone que a la mayoría de las empresas radicadas en España no les sea rentable invertir en bienes de capital, y sí, en cambio, deslocalizar y/o reducir plantillas y/o reclamar a voz en cuello que se reduzcan los costes laborales, entre ellos los salariales", señala el catedrático.
Sin embargo, Niño Becerra explica que, para contrarrestar la nula mejora de los sueldos, que hubiera por sí sola supuesto una ausencia de crecimiento del consumo y por tanto del PIB, se ha llenado "con críédito los bolsillos de españolas y españoles, nativos e inmigrantes, críédito que no ha guardado ninguna relación con las remuneraciones percibidas por esas ciudadanas".
Pero eso muy poco ha importado, "lo importante era que la rueda continuase girando y que el valor de los activos que amparaban esos críéditos (las viviendas que esa ciudadanía adquiría, por ejemplo) continuase aumentando", critica el profesor.
Y lo peor de todo, es que con ese dinero los ciudadanos adquirían bienes y servicios, de dentro y fuera de España, pero "el problema es que esos que traían no se compensaban con los que enviaban a ese exterior, ¿por quíé?, pues por la baja competitividad de la economía española". Y vuelta a empezar.
España, peor de lo que pensamos
Con esta desoladora radiografía, el catedrático exclama que quíé mal, "¡pero quíé rematadamente mal tienen que estar las cosas para que el jefe del Estado más poderoso del planeta haya llamado al presidente del Gobierno de una economía que representa el 2% del PIB del mundo y le haya dicho que tiene que hacer lo que le dicen que tiene que hacer!".
Así, de la llamada del presidente Obama al presidente Rodríguez Zapatero el pasado martes, Niño deduce dos cosas: "que, como suponíamos, la economía española está mucho peor de lo que nos dicen; y que España cuenta potencialmente con un poder de hacer daño superior al que en principio podría suponerse, en parte porque está peor de lo que se pensaba, pero, en parte porque entes españoles se hallen en un estado mucho peor de lo que se admite. El tiempo dirá", sentencia.