El Banco Santander conocía el peligro de fraude de invertir con Bernard Madoff desde julio de 2006, según demuestra un documento interno de Optimal (la gestora de hedge funds del banco) aportado ayer a la demanda colectiva contra el banco español en EEUU y al que ha tenido acceso El Confidencial. A pesar de ser consciente de este riesgo, la entidad no interrumpió su relación con el estafador ni tampoco alertó a los clientes de sus sospechas.
Este documento, elaborado por un analista de Optimal en Nueva York llamado Jonathan Clark, señalaba una serie de alertas sobre el funcionamiento de Madoff que le hacían sospechar que se trataba de un fraude: negocio familiar rodeado de secretismo, riesgo de contrapartida en las operaciones con opciones (que luego resultaron ficticias), ausencia de un custodio independiente (Madoff era el propio depositario, vulnerando la separación estándar de gestor y custodio), falta de transparencia sobre las cuentas de los clientes, ausencia de una verificación independiente de las operaciones en mercado (no se trataba de un hedge fund normal, que tiene un prime broker que ofrece esa verificación), Madoff no estaba regulado como asesor independiente y falta de un auditor independiente realista -la supuesta auditoria era una firma muy pequeña para el tamaño del fondo-.
Ahora bien, tambiíén reconocía ciertos elementos que mitigaban los riesgos anteriores: Madoff estaba registrado con la SEC, el Nasdaq y la FSA británica como broker-dealer, tenía un capital de 500 millones de dólares para un balance de 900 millones, la liquidación de las operaciones suponía una confirmación (aunque a nivel agregado, no individual), firmas tan grandes como HSBC y PriceWaterhouse habían emitido una opinión positiva sobre su gestión, y Madoff participaba en distintos grupos y comitíés sectoriales.
Este informe condujo a una inspección a fondo por parte del Santander sobre Madoff, lo que se conoce como due diligence, en la que recibió respuestas que satisficieron al banco, aunque a la postre resultaron falsas. Un portavoz de la entidad asegura que este documento fue aportado, junto a otros parecidos, en la demanda contra los depositarios (trustees) que las gestoras afectadas por el fraude de Madoff, y que el juez estimó que Optimal había hecho lo correcto.
Obviamente, esta opinión no es compartida por los demandantes de la class action, representados por el bufete norteamericano Labaton Sucharow, que consideran que Optimal faltó gravemente a sus deberes fiduciarios para con los partícipes al mantener posiciones con un gestor con tantos elementos sospechosos y, sobre todo, al no informar debidamente a los clientes de estos riesgos para que se replantearan sus inversiones. En vez de eso, a su juicio, el banco prefirió mantener ocultas sus sospechas y seguir cobrando comisiones.
Primeras sospechas en 2002
Con anterioridad a este documento, la demanda colectiva aportó otro memorándum de 2002 en el que la abogada suiza Karine Courvoisier, contratada por Optimal, alertaba ya entonces de la posibilidad de que los activos supuestamente gestionados por el (a la postre) estafador no existieran. En aquel momento, Santander tampoco hizo las comprobaciones pertinentes y, si las hizo, no fue capaz de ratificar que se trataba de una estafa o no lo comunicó a sus clientes.
Hay que recordar tambiíén a famosa visita de Rodrigo Echenique (el hombre de confianza de Botín) a Madoff en noviembre de 2008. El hecho de enviar a una persona con un perfil tan alto en vez de a especialistas en hedge funds de Optimal es todo un indicio de la preocupación del banco por el riesgo que percibía en su inversión. Como adelantó El Confidencial en diciembre, Echenique intentó retirar parte de los 2.300 millones de euros que Optimal tenía invertidos con el estafador, lo que provocó la cólera de este y una amenaza: "El que se va no vuelve".
Existen dos versiones sobre lo que ocurrió despuíés: una asegura que Echenique elaboró un informe en el que aconsejaba retirar el dinero pero no dio tiempo a hacerlo -Madoff tenía restricciones a la liquidez- porque fue detenido el 13 de diciembre y se descubrió el escándalo; otra sostiene que fue precisamente la orden de retirada de fondos del Santander la que precipitó esta detención, puesto que no tenía dinero para atenderla y tuvo que descubrir que los activos realmente no existían.