"Vamos a impugnar el cese de nuestro consejero tan pronto como hayamos terminado el trabajo", indicó el presidente de ACS, Florentino Píérez, en la junta de accionistas de la constructora celebrada el pasado 15 de abril.
Un mes despuíés de esta declaración de intenciones, la compañía dispone ya de suficiente documentación y de diversos informes periciales para presentar la demanda de impugnación de la junta de Iberdrola ante el Juzgado Mercantil de Bilbao.
El objetivo es demostrar ante el juez las presuntas irregularidades cometidas, a juicio de la constructora, en la políémica junta de la elíéctrica del 26 de marzo, donde ACS fracasó en su intento de entrar en el consejo de la compañía, acogiíéndose a su derecho de representación proporcional (es el primer accionista, con el 12%, de forma directa e indirecta). La constructora pudo nombrar a su representante, Josíé María Loizaga, que fue inmediatamente cesado al ser acusada de ser competidor directo de la elíéctrica.
ACS baraja, como fecha orientativa, presentar la demanda en un plazo de dos a tres semanas. Entraría así en el juzgado hacia finales de mayo o principios de junio. El objetivo es hacerlo antes del verano, evitando así agosto, inhábil a efectos judiciales. El caso podría resolverse en un plazo de ocho a doce meses. ACS no va a impugnar toda la junta. Sólo los puntos del orden del día que bloquearon su acceso al consejo.
Puntos de conflicto
Los argumentos jurídicos de ACS, que ha contratado a Clifford Chance, ponen en cuestión los puntos 14 y 15, ambos decididos aquel mismo día de la junta. El punto 14 declaró que “existe un conflicto estructural y de competencia directo y permanente [...] entre ACS e Iberdrola en energías renovables e ingeniería, así como en áreas estratíégicasâ€. El punto 15 redujo en uno los miembros del consejo, hasta 14. Se amortizaba así el puesto que ocupaba Juan Luis Arregui, que dimitió previamente. De esta manera, la dirección de la elíéctrica cortó, nuevamente, el paso para que ACS volviera a solicitar un puesto alegando la existencia de una vacante.
Cada día que pasa sin que ACS vaya al juzgado se vive con eclecticismo en Iberdrola, porque creen que el grupo amaga pero no da.
En paralelo al conflicto judicial, ACS mantiene el objetivo de alcanzar el 20% de Iberdrola. Florentino Píérez indicó el 15 de abril que “no tardaremos mucho en hacerloâ€, sin dar más detalles de que lo haría con medios propios y sin recurrir a acuerdos con terceras partes. Ayer ACS, lanzó un mensaje al mercado en esa dirección. En una nota a la CNMV, la constructora reconoció estudiar una emisión de bonos de entre 700 y 1.500 millones de euros destinada, en su mayoría, a inversores minoristas domíésticos. De ejecutarse, la operación se realizaría en el último trimestre del año. A precios de ayer, ACS tendría que desembolsar unos 2.200 millones de euros para comprar otro 8% de Iberdrola en bolsa. Otra opción del grupo constructor es cancelar el contrato de derivados por el 5% de la elíéctrica.
Fuentes cercanas a la elíéctrica ven la emisión de bonos de ACS como una forma de refinanciar deuda, más que un intento de comprar acciones de Iberdrola.
Espadas en alto
- Iberdrola mira con lupa todos los movimientos de ACS; los que hace y los que no hace: si presenta o no la demanda, o su financiación.
- La financiación de ACS es una de las claves para determinar su capacidad económica para alcanzar el 20% de Iberdrola.
- Fuentes cercanas a la elíéctrica ven la emisión de bonos de ACS como una forma de resolver deuda, más que de comprar ‘iberdrolas’.
- Cada día que pasa sin que ACS vaya al juzgado se vive con eclecticismo en Iberdrola, porque creen que el grupo amaga pero no da.
- ACS tiene un año para presentar la impugnación. Si no lo ha hecho ya, por quíé no esperar a la junta de 2011, se pregunta la otra parte.