La vida, la muerte y la proyección astral.
La proyección del cuerpo astral establece una relación entre los diferentes estados del cuerpo físico, que ciertamente pueden ser bastantes, pero que para simplificar y concretar, dividiremos en tres: vida, proyección y muerte.
Todos, sabemos cuál es el estado que llamamos vida, o sea, el que tenemos por habitual o más frecuente, además de ser el más conocido (por no decir el único) para el hombre corriente.
Tambiíén sabemos a quíé llamamos muerte, aunque por lo general tampoco sea frecuente encontrar personas que pueden hablar de ella por experiencia. En tíérminos pregmáticos, se puede decir que muerte es la cesación de la vida, y es claro que se diría la verdad, por mucho que nos parezca una perogrullada.
En cuanto a la proyección del cuerpo astral, consiste en pasar de un estado físico a otro, y de un estado astral a otro estadio astral.
Cuando un cuerpo físico vivo efectúa una proyección de su cuerpo astral, pasa a un estado físico que se podría considerar como muerte. Sus funciones vitales quedan tan en suspenso que en muchas ocasiones personas que se hallaban en un estado de proyección astral han sido dadas por muertas físicamente.
Cuando un cuerpo astral se halla normalmente alojado en el cuerpo físico al que pertenece podríamos decir que se halla en estado no ya de muerte, pero sí de suspensión de sus facultades. Al estar retenido por la materia física no puede actuar como cuerpo astral. Figuradamente podríamos decir, entonces, que se halla muerto astralmente.
De modo que esta es la relación: la utilización del cuerpo físico implica la "muerte" o pasividad del cuerpo astral, y, viceversa, la utilización del cuerpo astral implica la "muerte" o pasividad del cuerpo físico.
Como es natural, esta cuestión atrae el interíés de toda persona mínimamente consciente de los diferentes procesos y estados del ser humano. La gran incógnita o duda parece residir en si la muerte del cuerpo físico que ha proyectado su cuerpo astral es total, catalíéptica o de cualquier otra manera patológica o fisiológica.
Nos inclinamos a creer que no es nada de eso, pues admitir alguna de estas teorías o probabilidades implica admitir que la proyección del cuerpo astral tendría, en sí, algo de insano o desequilibrado, ya que por ejemplo, la catalepsia es un "estado nervioso asociado generalmente con el histerismo, epilepsias o graves enfermedades mentales". Francamente, no creemos que nada de esto pueda aplicarse a la proyección del cuerpo astral. Tampoco se produce ningún estado de deterioro fisiológico. Simplemente, insistimos en que se produce una suspensión TEMPORAL de sus funciones y facultades vitales. No una muerte, ya que hemos convenido en que muerte es la cesacion de la vida, y en la proyección astral la vida física no cesa, sólo se suspende temporalmente.
Bien entendido esto, quien se disponga a realizar su proyección astral debe saber con toda claridad quíé está haciendo y los diversos riesgos que entraña en determinadas circunstancias, por ejemplo, personas con una salud deficiente, de modo especial en el aspecto mental.
Es condición básica no temer nada, pues el temor es causa de inhibición, la cual, a su vez provoca, lógicamente, una disminución de las facultades de la persona. Esta claro que sólo tendrá temor quien no sepa lo que está haciendo o este falto de practica y desarrollo.