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Autor Tema: Sobre la crisis a tener en cuenta  (Leído 317 veces)

Scientia

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Sobre la crisis a tener en cuenta
« en: Mayo 22, 2010, 10:08:53 am »
Sobre la crisis a tener en cuenta

por Juan Velarde

En estos momentos es grande el número de libros que, con la palabra ‘crisis’ en la portada, tratan de atraer la atención de los lectores. Naturalmente, en ese conjunto hay de todo.

De ahí­ el papel de la crí­tica para aclarar quíé obras, como íésta de Rosell y Trigo, están entre las que merece la pena tener en cuenta. Naturalmente, en todas, conviene decirlo, más de una vez surgen, más que reacciones negativas para evitar el elogio, deseos de una puntualización u observaciones de que se amplí­e lo que en la obra se contiene.

En este libro, ¿quíé importantes aportaciones aparecen? Para comenzar, el estudio de la evolución de las normas regulatorias españolas que afectan a la economí­a. Víéase el capí­tulo 3 (páginas 31-53) y aseguro que una y otra vez los economistas vigilarán el cuadro de la pág. 36 que ofrece el número de páginas, que en 2008, han publicado los periódicos oficiales que se editan por el Estado, las comunidades autónomas y la Unión Europea.

Ese año, 1.952.498 páginas, por lo que se precisan revisar nada menos que 5.349 páginas cada dí­a, incluidos domingos y festivos, siquiera a gran velocidad, para captar lo que pudiera interesar a un empresario importante español que se relacione con todas las autonomí­as y tenga vinculaciones con Europa. Es íéste un problema básico que, evoluciona, a veces de forma positiva (páginas 37-43) y otros negativamente ( páginas 119-120). En íéstas últimas se expone lo que sobre “la intensidad de la regulación y el coste del cumplimiento de normas y ordenanzas ha aumentado en el plano estatal, autonómico y local”. He ahí­ una tarea que es obligada exigir para mejorar nuestra competitividad. Añádase a esto lo que sobre la rigidez de la Administración se indica, de la mano de Milton y Rose Friedman en la página 190.

Una segunda cuestión a advertir es el análisis, vinculado con el fuerte endeudamiento español que culmina, no ya en 2009, sino ahora mismo. La lectura de las páginas 89-103 por eso, asimismo, obligada. Apetecerí­a que se completase con un análisis de las fuentes suministradoras de los ahorros, que hicieron posible ese colosal pasivo.

La tercera es una clara y valiente explicación referida al mercado del trabajo ( páginas 107-117), que incluye una serie de informaciones interesantes sobre la inmigración. Todo esto debe vincularse con los datos demográficos que aparecen en la página 155 y con lo que sobre el Estado del Bienestar se dice en las páginas 175-181. Claro que precisa revisarse la redacción de lo que aparece en la página 175: los “primeros escarceos (de esa institución) vinieron de la mano de.... Lord Beveridge en el Reino Unido... y del conservador Maura en España”.

Si de alguien no proceden esos ‘primeros escarceos’ es de Beveridge, y antes que Maura hay que citar a su rival, tambiíén conservador, Dato.

La cuarta es una subyacente adhesión a la Escuela Austriaca (víéase la página 138 de modo explí­cito), lo que es importante porque el buen trabajo empí­rico, constante una y otra vez en las páginas de este libro, precisa siempre de un armazón teórico básico. Sin íél, los trabajos de descripción de problemas económicos quedan reducidos a un amasijo de noticias y cifras sin orden ni concierto. Pero no sólo aparece la Escuela Austriaca, con incluso cita de Huerta de Soto, sino que se tiene en cuenta a North, en este caso con esa aportación fundamental que es su ensayo Institutional Change and Economic Performance (Cambridge University Press, 1991).

Disponer de ciertos cuadros estadí­sticos que aparecen en este libro, lo van a convertir en fuente de referencia obligada. Sin más lejos, el cuadro 1 (páginas 12-13) sobre la evolución de nuestro PIB de 1962 a 2010, con toda una serie de complementos. Y tambiíén la bibliografí­a (páginas 213-222) con 211 referencias que mucho ayudan al estudioso que desee ampliar alguna cuestión concreta.