El Banco de España intervino Cajasur tras rechazar sus gestores la fusión con Unicaja, que era la operación a la que estaba condicionada su viabilidad. Otra entidad, Caja Guadalajara, se ha encontrado con que su auditor, PriceWaterhouseCoopers (PwC), cuestiona su viabilidad y la condiciona a que apruebe ser absorbida por Cajasol, según el informe registrado en la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV). La operación será sometida a votación por las asambleas de ambas cajas el 8 de junio, y en este caso no se esperan sorpresas de última hora, menos aún despuíés de lo ocurrido con Cajasur.
Según PwC, Caja Guadalajara habría cerrado 2009 en píérdidas de haber contabilizado correctamente las provisiones necesarias. Esa falta de provisiones "así como las proyecciones futuras de negocio, son indicativos de una incertidumbre sobre la capacidad de la entidad para continuar su actividad en las circunstancias actuales de mercado, así como de un deterioro de su solvencia", decía su informe de auditoría.
"En consecuencia", añadía PwC, "la viabilidad económica y financiera de la entidad (...) dependerá de que el proyecto de fusión sea aprobado por las respectivas asambleas generales, o de que se adopten otras medidas estructurales de similares características, lo cual no es posible conocer y evaluar en el momento actual".
Días despuíés de desvelar EL PAíS el contenido del informe de la auditoría, la CNMV pidió explicaciones a Caja Guadalajara. En su respuesta, la entidad cuestiona los míétodos de valoración de PwC y, en general, el modo generalizado en que el sector aplica con prudencia las provisiones sobre inmuebles y críéditos de riesgo o subestándar. La caja tambiíén envía al supervisor unos nuevos balances y cuentas de resultados no oficiales o proforma en los que admite que sus recursos propios se verían deteriorados y la entidad estaría en píérdidas en caso de haber aplicado los criterios que exigía al auditor.