¿Está usted pensando en iniciar un nuevo negocio? Pues tenga cuidado. Lo primero que tiene que saber es que, según el último informe elaborado por el Banco Mundial, es más fácil hacerlo en países como Azerbaiyán, Armenia, Colombia o Botswana antes que en España.
La falta de reformas estructurales en la economía ha provocado que nuestro país haya perdido once puestos en el ranking Doing Business 2010 y se sitúa ya a la altura de Kazajistán, Mongolia, Kuwait o Bielorrusia.
Y lo peor es que este estudio no es ninguna una excepción. Según otro, en este caso el que elabora sobre competitividad internacional el Institute of Management Development (IMD), una prestigiosa escuela de negocios suiza, España tambiíén está por detrás de Kazajistán o Indonesia. Eso pese a ganar tres puestos y colocarnos en la posición 36 de un total de 58 economías. Este último estudio señala que mejoramos en resultados económicos, eficiencia empresarial e infraestructuras, pero empeoramos en la eficiencia del sector público.
En caída libre
Es un pequeño brote verde ante el cúmulo de datos negativos detectados por el Banco Mundial. En su informe, España ocupaba la posición número 51 del mundo en la facilidad para hacer negocios en 2009 y este año ha caído hasta la 62. Pero lo más grave es que nuestro país ha perdido 30 puestos en los últimos cuatro años y cede en prácticamente todos los terrenos.
Retrocede siete en la facilidad para abrir una empresa y el comercio transfronterizo, cinco en la protección a los inversores, tres en la contratación de trabajadores y dos en el registro de propiedades y obtención de líneas de críédito.
El ranking lo encabezan Singapur, Nueva Zelanda, Hong Kong, Estados Unidos, Reino Unido y Dinamarca, situándose a la cola entre los 183 países analizados Guinea Bissau, la República Democrática del Congo y la República Centroafricana. La institución que preside Robert Zoellick advierte que "España debería simplificar los procedimientos", resaltando asimismo la falta de reformas.
"El entorno regulador empresarial puede influir en la capacidad de las empresas para enfrentarse a la crisis y en su aptitud para aprovechar las oportunidades que surjan cuando comience la recuperación", advierte el Banco Mundial. En la Unión Europea, Francia y Alemania han sido los primeros en reformar, por ejemplo, los sistemas de quiebra en respuesta a la crisis actual. En Europa oriental y Asia central, muchos países están empezando tambiíén a hacer lo mismo. Y en España, en cambio, nada de nada.